Caraglio le da el pase a Cruz Azul a la final del Apertura 2018

Cruz Azul es el primer finalista del Apertura 2018, tras vencer por la mínima al Monterrey. Milton Caraglio se convirtió en el héroe cementero.

Cruz Azul es el primer finalista del Apertura 2018, luego de vencer por la mínima y con la posición de la tabla al Monterrey. Milton Caraglio se convirtió en el héroe cementero, luego de haber fallado un penal en los primeros compases del primer tiempo.

El juego se caracterizó por la excesiva tensión que ambos equipos respiraban. Sin ideas, con más ímpetu que futbol, ambas escuadras buscaban arribar a la final. El partido cambió cuando Rodolfo Pizarro, convertido en el mariscal de campo regio, sufrió una lesión en el muslo derecho.

Minutos después, Caraglio fue derribado en el área y el árbitro marcó penal. La polémica llegó al Azteca, la imagen revelaba un pequeño pisotón de César Montes sobre el delantero azul, lo que, para el árbitro fue suficiente para decretar la pena máxima.

Caraglio tomó la pelota. Se enfiló al punto de penal y su disparo terminó por fuera del arco. El Azteca guardó silencio. Los fantasmas volvieron a asolar la mente de los aficionados celestes que veían cómo la máxima oportunidad de abrir el marcador, y empatar el global, se les diluía.

Monterrey pudo acelerar el ritmo y buscar un gol que obligara a su rival a marcar tres, pero optó por defender en su campo, armarse de latigazos y esperar que la desesperación azul fuera su mejor compañera.

En los segundos 45 minutos, Cruz Azul arreció los ataques. Caraglio nuevamente estuvo cerca del gol, pero su remate pasó muy alejado del poste.

Entonces llegó la esperanza azul. Elías Hernández, desaparecido hasta ese momento, sacó un potente disparo que Barovero rechazó al centro. Caraglio apareció solo y mandó la pelota al fondo.

El Azteca estalló en júbilo. Pero el árbitro llamó a la calma. La jugada se revisaría por un posible fuera de lugar. Tensión. Silencio. Estrés…

Gol, decía el árbitro. Estalla el Azteca en medio de la incredulidad regia.

Monterrey buscó atacar. Pero los minutos desperdiciados en el primer y la lesión de Pizarro le cobraron factura. Centros sin sentido ni destinatario, fallas en el último toque. La esperanza regia se diluyó cuando el árbitro decretó el final del encuentro.

Con el silbatazo, Pedro Caixhina corrió como si fuera un niño con juguete nuevo. Cruz Azul continúa soñando en busca de tocar la gloria, el próximo domingo, en el mismo estadio que se la arrebató en 2013: el Azteca.

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