Añoranzas

Añoranzas: Quince años sin ella, sin reír a carcajadas, sin jugar en el mar, sin bailar con el viento. Foto: Especial,
Por Marilú Rubio

El profesor guardaba sus gastados libros después de dar su última clase de historia.

Se desplomó en aquella silla que había sido testigo de la magia que él poseía para transportar a sus discípulos a lugares misteriosos y vivir así, aventuras de épocas lejanas.

Cuánto cansancio y tristeza experimentaba. Después de un prolongado suspiro, tan profundo que sintió como su alma se quebraba, su cuerpo herido de ausencia recordó a quien añoraba tanto.

Quince años sin ella, sin reír a carcajadas, sin jugar en el mar, sin bailar con el viento.

Sus dedos lentos temblaron al sacar con dificultad, de aquella cartera azul, la imagen perfecta. Sus ojos iluminados por los recuerdos recorrieron lenta y amorosamente aquel bello rostro, el cual lo desafiaba a probar un nuevo destino.

Ansioso, cerró sus ojos con la absoluta certeza de que ese viaje lo conduciría a ella.

Y así fue…


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