Continúan las campañas y ya pasamos por el primer debate. La expectativa generada por este episodio entre distintos círculos dedicados a la información y análisis de los candidatos no tuvieron mayor sorpresa: un Ricardo Anaya agresivo y buen orador; José Antonio Meade cuyo tono de gris debería llevar su nombre en una paleta de colores; Andrés Manuel López Obrador, dispuesto a capotear todo sin responder nada por ser el puntero; Margarita Zavala con un discurso aburrido pese a sus gritos; Jaime Rodríguez “El Bronco”, siendo él.
Lo interesante de todo esto es la manera en la que todos coinciden en distintos puntos como la erradicación de la corrupción, la eliminación del fuero (tema que todavía no queda aprobado por el Senado) y mejores oportunidades para eliminar la disparidad entre los mexicanos. En sus propuestas que muestran en sus respectivas páginas encontrarán lo que digo.
Esto nos demuestra –más allá de un diagnóstico homogéneo provocado por los malos gobiernos de todos los partidos– que hay una ausencia de ideas. Los candidatos –dirían en el llano pambolero– no traen nada y se ve en la manera en la que ven el país pese a sus recorridos. Porque una cosa es caminar por un pueblo durante una tarde y otra muy diferente vivir en ese pueblo sin saber qué se va a comer a la mañana siguiente.
Los 53.4 millones de pobres que tiene el país, no sólo no se redujeron, sino que aumentaron entre 2008 y 2016 según datos del Coneval. La vida diaria para toda esa gente es incierta, sin dejar de mencionar el clima de violencia que muchas de esas comunidades tienen que padecer a raíz de la desastrosa estrategia militar de acabar con algunos capos de la droga.
Más allá de enfrascarnos en debates pueriles y mal escritos en redes sociales, debemos estar atentos a los ‘cómos’: cómo vamos a exigir que cumpla sus promesas el que quede, cómo vamos estar al pendiente del gasto público, cómo le haremos para vigilar las acciones del próximo presidente y su gabinete.
En lo particular, y hasta el momento, no me siento representado por ninguno de los cinco, porque no considero que me hablen a mí ni a muchos de mi generación –esa que critico todos los días y que muchas veces me muerdo la lengua– y mucho menos veo entre sus discursos voluntad para acabar con los problemas más graves de este país, principalmente porque no han entendido que no se resuelven porque una persona diferente llegue a una silla y despache desde un escritorio, sino porque hace falta la creación de un proyecto que incluya a la mayor cantidad de los sectores sociales que tiene el país.
Ya veremos que nos deparan estos dos largos meses que parecieran dos interminables y aburridos años.
De tuit
Encontraron a los estudiantes de cine desaparecidos el 19 de marzo disueltos en ácido por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este sexenio tendrá un color de rojo distintivo pintado por la sangre de estudiantes.