Comedia sin solución de Germán Cueto es una obra que a 90 años de ser concebida, sorprende por su vigencia. Se escribió en la corriente artística Estridentista, época en la que un México post- revolucionario atravesaba una caótica recuperación e incertidumbre a los años venideros. A pesar de ello “podemos apreciar un diálogo que se encuentra muy avanzado a su tiempo”, menciona Zulu González, pues podría imaginarse que fue recién hecha debido a la naturaleza del tema.
Eduardo Donjuan y Zulu González, dirigen y muestran la obra en Estancia FEMSA – Casa Luis Barragán; donde el segundo confiesa para El Tecolote, que el escrito fue encontrado por la sobrina del mismo Germán Cueto e inmediatamente fue llevado a Eugenia Braniff y Patrick Charpenel, curadores de Estancia FEMSA; posteriormente ellos serían invitados a trabajar en dicho performance desde el guión original.
Les gusta llamar performance a su presentación, ya que la arquitectura del lugar les ha permitido trabajar, literalmente, desde la oscuridad; jugando con los estímulos auditivos y visuales en la que su actividad es propia de llamarse de dicha manera. Así ellos muestran su interpretación de la obra como una psique humana que se hace las preguntas, ¿de dónde vengo? y ¿hacia dónde voy?
Tales enigmas dejan que el espectador sea libre de imaginar e interpretar a un nivel personal el problema en el que se encuentran los personajes, dando a cada función la originalidad propia del auditorio además de ese carácter flagrante en el tema. Néstor Galván (actor de la obra) nos dice, que la importancia de ‘la oscuridad… durante la actuación… es porque de esa manera la gente se quita las máscaras’, e invita a la reflexión.
Para la obra, la función termina al encender las luces, pero para los espectadores es donde toma forma su introspección, comenzando con las dos preguntas que están en la psique de todos y que siguen sin solución.