El ‘Jefecito’ blaugrana

Por: Juan Pedro Salazar
@juaninstantaneo

 

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Los apodos suelen comprimir las características de quien los lleva. Si esta lógica se cumple, el ‘jefecito’ describe a la perfección el carácter imbatible y de lucha que Javier Mascherano posee en las piernas y en esos pulmones que le dan para gritar y ordenar el mediocampo y la defensa. El dorsal ‘14’ del Barcelona se alista para disputar una final más en su carrera, una que consagre su estancia ganadora en la capital de Cataluña.

 

La ciudad condal lo vio enfundarse en la playera blaugrana un 30 de agosto de 2010. En la afición, las dudas surgieron cuando se preguntaron a quién reemplazaría el mediocampista argentino, las necesidades del equipo eran en defensa y ‘Pep’ Guardiola había decidido llevar a un contención. Además, aquel Barcelona no sufría en la zona media, era dominado por la cadencia de Xavi e Iniesta y la fortaleza que Sergio Busquets comenzaba a adquirir en el centro del campo.

 

Sin embargo, ¿quién sino Guardiola para encontrarle una nueva posición al contención argentino? El técnico que ve el futbol como si de ajedrez se tratara resolvería el enigma al saber que Puyol se lesionaría: en Mascherano había encontrado a la pareja de Piqué, en la central blaugrana.

 

Su versatilidad, liderazgo y compromiso con compañeros y equipo lo convirtieron en una de las piezas puntuales del Barcelona de ‘Pep’. Tras la partida del entrenador catalán, ‘Tito’ Vilanova, Gerardo Martino y Luis Enrique lo considerarían una pieza inamovible de la oncena blaugrana.

 

Selección antes que primera división

 

Su debut en el futbol profesional fue muy peculiar. Sin haber jugado en el primer equipo de River Plate, fue convocado por Marcelo Bielsa, técnico de la selección argentina, para un partido amistoso contra Uruguay. El ‘loco’, como le apodaban a Bielsa, parecía haberse vuelto tal al alinear a un muchacho de 19 años que no había disputado un minuto en primera división. Sin embargo, el ‘Jefecito’ cumplió con creces en el terreno de juego y destacó por su entrega, capacidad física y buena ubicación en el mediocampo. Una vez más, Bielsa no se había equivocado.

 

Días después se enfundaría en la playera de River Plate. El paso de los partidos lo convertiría en una pieza importante de los ‘millonarios’. Con la camiseta rojiblanca disputaría 50 encuentros, incluida una final de la Copa Sudamericana. Campeón en 2004, Mascherano sería transferido al Corinthians de Brasil, equipo donde compartiría el campo con su próximo rival en la final de la Champions League: Carlos Tévez.

 

Una de las características de los futbolistas argentinos es que irremediablemente emigran a Europa. Mascherano no sería la excepción y West Ham United le abriría las puertas de Inglaterra. De manera desafortunada, el jugador no tuvo la regularidad esperada y abandonó la final de los ‘hammers’. Su brújula apuntaba al equipo que nunca camina solo, el Liverpool.

 

Durante tres temporadas, Mascherano se convirtió en una pieza indispensable del esquema de Rafa Benítez, técnico del Liverpool, quien destacaba la capacidad del argentino para cubrir un amplio sector del terreno de juego y recuperar balones de manera inmediata. La gloria europea le tocó las manos cuando en 2007 disputó la final de la Champions League frente al Milan. Sin embargo, se quedaría con las ganas al ver caer a su equipo por 2-1.

 

Tras tres años en el conjunto de la ciudad donde nacieron los Beatles, Mascherano alistaría las maletas para viajar a Cataluña, había sido fichado por uno de los clubes destinados a dominar Europa: Barcelona.

 

Garra, su distinción

 

Leonardo Astrada era una de esos pistones que todo equipo debe tener para funcionar a la perfección. Su capacidad de ida y vuelta, aunada a la rapidez con que recuperaba el balón y ordenaba a sus compañeros, lo convirtieron en el ‘Jefe’ del mediocampo rioplatense. River soñó encontrar un jugador con la capacidad de aquel ‘5’ hasta que Javier Mascherano debutó y se apropió de ese puesto.

 

No sólo fue la posición, parecía que Mascherano había heredado el fuelle, habilidad para recuperar el balón y capacidad de mando de Astrada. Su destino estaba firmado, sería el ‘Jefecito’.

 

Si Messi posee magia en sus botines, los de Mascherano tienen don de mando. De ello saben la albiceleste y los blaugranas. El sábado 1 de junio, en Berlín, el ‘14’ culé pondrá su capacidad al servicio de un equipo que busca coronar la temporada con el máximo trofeo a nivel continental: la ‘orejona’.

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