El 14 de febrero ya está aquí y con él la tensión por saber qué regalarle a aquella persona que consideras especial. Globos, peluches, ramos de rosas, tazas, canciones, una cena…
Pero si quieres salir de lo normal, ¿qué tal si regalas un poema? Así que, para ayudarte, hemos preparado un listado de poemas que puedes dedicar… o también sufrir, si no tienes pareja y quisieras tenerla.
Carmen Pichardo nos entrega un poema lleno de pasión, sueños y amor idealista. Imagínate recitar:
“…ahí veremos lo que es en realidad el amor eterno…”.
¿Quién no se acuerda del primer momento en que viste a la persona amada? ¿Las primeras citas, pláticas, miradas? ¿Suspiraste? Seguro que sí. ¿Y si dedicas este poema de Ricardo Plata?
“…la primera cita, dos expresos cortados
y las historias de tu adolescencia…”
Una frase de este poema de Miriam Mancini basta:
“Porque los destinos suelen cruzar a los que se reclaman en el camino…”
El beso es uno de los mejores momentos de la vida y Laura Velarde muestra todo lo que se encierra en ese mágico acto en este poema.
“Bésame
con los latidos de un segundo
antes de que tu corazón y el mío sean uno…”
Alessandra Vargas nos recuerda que cuando el amor es nuestro compañero, todo lo podemos hacer y dedicar hacia la persona deseada. Este poema es un ejemplo.
“…Cada flor que yo siembro
Es para hacerte sonreír…”
Esa primera vez, su magia y un poema de Alisson Rivas.
“…Con bocas que se contemplan
y manos ciegas
toman su piel y la arrojan a las llamas,se hunden…”
“…Que jadeo.
Que no espero.
Que abraso…”
Gio Mac, poeta de la segunda generación, supo cómo concretar, en tres líneas el deseo por la persona amada.
Antonio Guevara nos entrega una muestra de amor pasional.
“…Soy súbdito de tu figura
de tu desnudez fundida en oxitocina…”
El amor no sólo es a la pareja, también puede ser a los amigos o a un ser que está por nacer… José Méndez nos entrega este poema lleno de fraternidad .
“… A ti te hablo, con todo el amor que poseo.
Y sé que puedes escucharme…”
Pero nadie nace con la misma huella digital
Pilar Aranda, de la tercera generación, nos comparte un poema sobre el amor propio, porque es indispensable quererse, amarse y sentirse bien para poder sentir lo mismo por otra persona.
“Huella y lenguaje únicos: herencia, en nosotros, fundida”.
Y porque no todo es amor…
El tedio, la tristeza de lo que no pudo ser, a veces se materializa en un objeto o una mascota, como este poemda de Nadia López.
“…quizá fue alimentar más al gato
que a nuestro amor…”
¿Algo habría cambiado, Bárbara?
El hubiera es el peor y más doloroso verbo de la historia. ¿No nos creen? Lean este poema de Ricardo Plata.
“…Mi tiempo no existe
ni el momento de vernos juntos…”
Jesús Sánchez nos hace suspirar por aquello que ya no es y sólo vive en la nostalgia.
“Espero encontrar tus pasos sobre los míos;
tu sombra llenando toda ausencia…”
Y recuerda… En febrero #RegalaPoesía con LibrObjeto y El Tecolote.