Interruptus, una novela que no interrumpe la muerte

Imaginen que ya no tienen dónde ir; que su única escapatoria es huir tan lejos que nadie se acuerde de ustedes; o tal vez, que la única manera de desaparecer sea morir, quizá por accidente, probablemente, a manos de un policía.

Interruptus, editado por Luzzeta editores, es una novela negra arriesgada que en más de una ocasión confundirá al lector entre su narrativa y sus personajes, particularmente por la vida del doctor Agustín Guerra que en un giro inesperado nos provocará más preguntas que respuestas y que, probablemente, queden sin resolver aun después de concluirla varias veces.

Corrupción, delincuencia organizada e impunidad, son los temas que Josemaría Camacho busca plasmar a lo largo de sus 321 páginas. La ciudad de Córdoba, Veracruz, donde pasó muchos inviernos y primaveras, es el escenario perfecto para mezclar la ficción con la realidad y profundizar, desde la literatura, en el contexto de inseguridad que hace palidecer a la tierra jarocha y en general a todo el país.


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“Traté de innovar en la forma porque no es una novela que se lea de corrido porque justo a la mitad de la novela sucede el acto central y, a partir de la segunda mitad de la novela, comienza una segunda historia donde los personajes se relacionan con la primera parte aunque no son los mismos”, reveló Josemaría, quien buscó concretar una novela de metaficción.

Este proyecto nació como una necesidad que Camacho deseaba realizar para eliminar las dificultades técnicas que él como lector tiene, especialmente, con aquellas obras que tienen una voz narrativa omnisciente pues, aseguró, muchas veces no tienen justificación del porqué están ahí y vuelven torpe el ritmo de la lectura.


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Y aunque personajes y el antro donde se desencadena la historia es ficción, todo lo que ocurre pareciera haber salido de diarios locales que constantemente nos muestran la fragilidad de las instituciones policiacas y la falta de justicia que abunda en el país. Por ello,Interruptus nos tocará fibras que en muchas ocasiones parecieran anestesiadas por la indiferencia.

“Empecé a escribir en forma a los 30”

Con un período de cuatro años de preparación, según sus propias palabras, que dio por resultado las obras Imaginé un pez (Foc, Barcelona, 2013) y Los que hablan a gritos (Tierra adentro, México, 2015), el egresado en Filosofía plástica por la Universidad Panamericana escogió el género de la novela negra al descubrir al estadounidense Dennis Lehane.

“Yo tengo 37 años y aunque mi primera publicación fue con el Fondo Editorial Tierra Adentro en 2013, yo venía escribiendo desde que cumplí 30. Me inscribí a varios talleres y el más importante que tomé fue con autor ecuatoriano de nombre Leonardo Valencia con quien estuve trabajando durante un año mi segundo libro”, confesó Camacho.

Esa formalización de su concepción literaria lo llevó a explorar la novela negra.

“A mí lo que me gusta del formato dentro de la literatura es que parece muy fijo pero no lo es. Porque ese mismo formato te da a ti como escritor retos para hacer algo nuevo a partir de ese formato, a mí me encanta”, aseguró.

Su gusto por el estoicismo se nota en la manera de llevar al personaje principal que en una parte del libro pareciera ya no girar la historia en torno a él, por lo que el lector tendrá que ser muy constante y deberá seguir con la lectura para entender lo que ocurre con los personajes secundarios.

Interruptus ya se encuentra disponible directamente en el portal de la editorial luzzeta.worpress.com


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