“El derecho de vivir/poeta Ho Chí Minh/ que golpea de Vietnam/ a toda la humanidad/ Ningún cañón borrará el surco de tu arrozal: el derecho de vivir en paz”, le cantó Víctor Jara a Ho Chi Minh, poeta y líder del Frente para la Liberación de Vietnam (Viet Cong), ejército popular que buscaba la unificación en un Estado socialista y que luchó en contra del ataque estadounidense que prentendía impedirlo.
La Guerra de Vietnam se libró de 1955 a 1975 como una extensión de la Guerra Fría pues Estados Unidos quería evitar la expansión del régimen comunista sovético. Los vecinos del norte atacaron al país asiático “con genocidio y napalm”, como reza la canción. Cómo olvidar la dolorosa fotografía en donde Phan Thi Kim Phuc, una niña vietnamieta de nueve años, corre desnuda y quemada tras un ataque con esta arma química.
Estados Unidos, siempre metiendo la nariz (y todo su armamento) en donde no lo llaman para, so pretexto de ayudar, joder y apropiarse de todo lo que ve a su paso.
Tio Ho, como lo recuerdan con cariño o Ho Chi Minh, “el que enseña”, como se ha traducido el seudónimo del vietnamita (su verdadero nombre era Nguyen Sinh Cung), había muerto de tubercolosis en una cueva, sin ver a Vietnam unificado.
“El derecho de vivir en paz”, ese que también añoraba Jara para su patria, Chile, fue arrebatado también un 11 de septiembre de de 1973, cuando Augusto Pinochet dio el golpe de Estado que derrocó el gobierno de Salvador Allende.
Víctor Jara, quien era un cantautor de ideología comunista, fue detenido y llevado al Estadio Chile, y las manos que crearon los acordes de “Te Recuerdo Amanda” fueron destrozadas, uno a uno sus dedos quebrados; la voz que levanto su “Plegaria a un labrador”, quebrantada, su lengua cortada.
El 16 de septiembre fue encontrado acribillado, muerto de 44 disparos.
Ningún cañón borrará el surco del arrozal de Ho Chi Minh, como ningún dictador el canto universal de Jara.
“Es el canto universal
cadena que hará triunfar
El derecho de vivir en paz”.