México cae ante Alemania en el día del eterno retorno, el 29 de junio

La frustración de Osorio. Foto: FIFA.
La historia se repite, no hay duda. El eterno retorno de México es caer, siempre, el 29 de junio. Lo hizo ante Yugoslavia en Brasil 1950. Lo repitió con Holanda, en Brasil 2014. Y  hoy, nuevamente, ve su suerte ante Alemania, como en 1998 y 2005. Ahora cayó por 3-0, en las semifinales de la Copa Confederaciones.

La historia se repite, no hay duda. El eterno retorno de México es caer, siempre, el 29 de junio. Lo hizo ante Yugoslavia en Brasil 1950. Lo repitió con Holanda, en Brasil 2014. Y  hoy, nuevamente, ve su suerte ante Alemania, como en 1998 y 2005. Ahora cayó por 3-0, en las semifinales de la Copa Confederaciones.

El partido inició con nerviosismo para el cuadro tricolor. México perdió balones en la salida y Alemania no perdonó. Leon Goretzka se tatuó en el marcador en menos de dos minutos; al 5’, Rudiger aprovechó el descuido de Oswaldo Alanís y sacó una diagonal retrasada para que el jugador del Shalke 04 batiera a Guillermo Ochoa.

 

México tenía esperanzas. En todos los partidos de Copa Confederaciones, el tricolor iniciaba con desventaja pero contaba con los arrestos suficientes para reaccionar.

Sin embargo, hoy no fue el caso. Javier Hernández quedó frente a Marc Ter Stegen, aunque su remate salió apenas por encima del arco.

El eterno retorno de México le recordó que el futbol es un juego donde siempre gana Alemania.

El segundo tanto cayó instantes después. Al 7’,  Goretzka ingresó por el centro del área tricolor y cruzó a Ochoa. El fantasma del 7-0 apareció. México no se encontraba en el campo. El cuadro teutón aceleraba en el último campo y ponía en predicamentos a una defensa endeble, que durante todo el torneo presentó problemas para salvaguardar su zona.

México intentó despertar a partir de los 20 minutos del duelo. Tomó el control de la pelota, intentó acelerar el juego, pero fallaba en las conexiones. Giovanni Dos Santos no apareció y el ataque tricolor naufragó en los esfuerzos defensivos de Javier Aquino, quizá el más destacado del equipo de Juan Carlos Osorio.

El naufragio de tricolor

Como en el primer lapso, en el segundo, la escuadra tricolor entró con dudas. Pérdidas de balón, pelotazos sin sentido y nerviosismo en zona defensiva, no daban un buen augurio para el final del partido.

Era el 58’, cuando Timo Werner concluyó una jugada colectiva que presentó 10 toques teutones. Con el marco abierto, el ‘11’ empujó la pelota al fondo para asestar el último golpe a la esperanza mexicana.  

México insistió y Raúl Jiménez estuvo cerca pero mandó su disparo al travesaño.

A dos minutos del final, Marco Fabián sacó un potente disparo que se incrustó en el arco de Ter Stegen. Golazo que sabía a poco. Golazo que sólo tuvo como respuesta la presión alemana.

Antes del silbatazo final. Younes decretó cifras definitivas: Alemania 4, México 1.

El cuadro de Osorio volvía a naufragar en la cita importante, en un duelo pintado para mostrar su nivel. Pero, otra vez, falló.

México se despedirá de la Copa Confederaciones el próximo domingo ante Portugal, buscando el tercer lugar del torneo. México le dijo adiós a la oportunidad de su revancha histórica frente a Chile. México vuelve a recordar que su eterno retorno ocurre el 29 de junio.

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