Por: Aldo Rafael Gutiérrez
@aldorafaello
Esferas esmeraldas de matices infinitos, apostadas encima de pequeños rastros que denotan los estragos bélicos de un país que no deja de ser azotado por los vendavales de la guerra. Gélida expresión, capaz de erizar los vellos más finos de cualquier persona, apenas se asoma de entre los pedazos de un harapo escarlata. Medio cuerpo de una “niña afgana”, anónima inmortal, que el mundo pudo conocer gracias al ojo de un hombre que lleva la fotografía a una cumbre prodigiosa: Steve McCurry. Ésta y otras imágenes, son parte de una exhibición que lleva el nombre de este talentoso artista y que se presenta en la galería de arte Patricia Conde.
El soldado del obturador, de origen estadounidense, por fin presenta en México algunas de las escenas más representativas de su trabajo. Captadas en distintas partes del mundo, el color de estas fotografías es una experiencia vívida capaz de hacernos respirar los lugares donde fueron captadas. Budistas, pescadores y claro, su chiquilla mundialmente famosa, son los personajes exhibidos a lo largo de 23 fotografías.
Armado con una Nikon D700 o una Hasselblad, su trabajo comenzó en la década de los setenta en “The daily collegian”. No obstante, la cobertura de conflictos en Iraq, Beirut, Camboya, Filipinas o la guerra del Golfo, le han guardado un lugar privilegiado en la historia y la memoria colectiva de la sociedad contemporánea y, sin duda, las generaciones venideras.
Y aunque en esta pequeña, pero bien condimentada muestra, no se presenta su trabajo realizado durante las guerras, las imágenes que componen esta exposición gozan de una calidez particular, sello de agua que tiene el trabajo de McCurry, entendido sólo a partir del contacto con cada una de ellas. Algunas de sus colaboraciones para National Geographic y la Agencia Magnum pueden ser apreciadas hasta el 4 de septiembre en Patricia Conde Galería, ubicada en Lafontaine número 73, Polanco, delegación Miguel Hidalgo.
Mayor información en www.patriciacondegaleria.com