Está todo preparado,
he dejado la taza en su lugar, repleta de café y un poco de azúcar.
La pluma está lista, para que en cuanto te vea llegar
corra a toda velocidad.
He perdido, también una vela, tal vez así te pueda invocar,
es el olor que te gusta,
el que te recuerda a mi infancia Y huele a mis inseguridades.
Pongo la música que quieres,
el silencio en su punto, no tan sonoro. Te espero, uno, dos y tres minutos,
como si no quisiera escribir. Ven, acércate un poco más, sólo tu logras que parezca que sé lo que hago,
Como si fuera fácil, si fuera natural. Acércate, por favor, poesía,
que ya no tengo con quién más hablar.
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