1
La estación que nos vio nacer
en esta ciudad,
se volvió lugar de apariciones
donde la casualidad
dispersó sus nomenclaturas.
2
Una niña mira la tarde
y acompaña su andanza el aire,
cómplice de todas sus correrías:
recipiendaria de nubes.
3
Extranjera del maquillaje,
este viento es un regalo:
su ternura inclemente
roza tu cara que, nutricia,
me mira y me sonríe.
4
Tras el coloquio en repetición,
notorio y complaciente
es guardar este momento
-pretensión futura de una selfie-,
donde fulgura un deseo sin medida.
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