¿Qué ganaría de estos sonidos sin formas?
si las líneas
no son más que voces difusas en mis dedos.
Naciste para vivir sin nombre,
para andar siendo confundida en todos los vértices.
Intentar hacerlo sería condenarte,
guardarte en un cajón
y dejar que te marchites al lado de los otros intentos por ser.
No ganaríamos,
ni tú ni yo,
me quedaría el odio del intento,
la ausencia borrosa de tus palabras
y el silencio que nunca termina.
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