Nosotros somos lo mismo

Han transcurrido 37 días desde que me leyeron por primera vez y probablemente suene extraño que sepa los días exactos. Y nosotros somos lo mismo.

Han transcurrido 37 días desde que me leyeron por primera vez y probablemente suene extraño que sepa los días exactos, pero es como cuando llevas la cuenta de los días sin fumar, de los días con dieta, de los días sin alcohol, como una desintoxicación… Si he logrado mi objetivo de ser clara, sabrán que esto ha sido un camino al redescubrimiento, aunque algunas veces siento que ha sido más de autodescubrimiento y de amor, porque el amor está presente en todos los lados donde volteamos, sobre todo frente al espejo.

He logrado de manera favorable pequeños cambios en mi vida, tal vez insignificantes para ustedes, pero para los que me conocen saben que son realmente gigantescos; yo me sorprendo de mí misma y me doy palmadas de aliento en la espalda con una amable sonrisa. Sin embargo, eso no me deja exenta de algún momento nostálgico e incluso de añoranza sobre los buenos momentos. Dejar atrás el final de 2018 ha resultado desafiante por tener que destruir muchos “ecosistemas”, por llamarlo de alguna manera, desde el núcleo familiar hasta el sentimental, porque ése fue el cierre, aunque ya había mucho camino recorrido.

Porque para llenar el vaso de agua limpia uno debe sacar todo, tanto lo malo como lo bueno. Imaginen que tienen un vaso con la mitad de aceite y le arrojan agua… no lograrán sacar el aceite del vaso para llenarlo de agua limpia hasta que también saquen el agua.

En mis primeros escritos les comentaba que probablemente escribiría un libro con todo lo que había experimentado porque creo que es una historia digna de ser contada, pero en lo que me decido, hoy les comparto una mínima parte del universo y de mis dos semanas pasadas, donde una vez a la semana me ha alcanzado la nostalgia, pero ahora me permito saludarla, verla, y al final dejarla fluir, sin reprimirla.

Quizá la mayoría de las personas no creen en las almas gemelas, incluso les podría parecer anticuado y old fashion, pero, ¿acaso no todos queremos más romance en la vida?, lo cursi en nuestras vidas. Yo estoy un 99 por ciento segura de que así es, pero quizá de nosotros depende hacerlo realidad, demostrar que somos el uno para el otro -cuando conoces a esa persona-. Al menos al vivirlo sabremos con certeza si esa fue nuestra oportunidad, quizá el demostrar que somos el uno para el otro tal vez nos corresponde.


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Pero, ¿qué pasa cuando ya no se puede demostrar?, ¿Cuando terminas agotada y perdida?, ¿lastimada y con las alas entre palos y vendas porque resultaron quebradas en el inicio de ese vuelo y otros más? ¿Cuando ya no puedes seguir escondiéndote porque sabes que dices la verdad?

Sonará ridículo, pero a veces siento que puedo escuchar a aquella persona, incluso cuando está a kilómetros de distancia, y lo único que puedo hacer es abrazarme con mucha fuerza hasta quedarme dormida, permitiendo que el sentimiento continúe hasta que sea suficiente por una noche, porque hoy él y yo no tenemos la oportunidad de saber si existen las almas gemelas, o tal vez no nos correspondemos. Aun así con todo lo que podamos saber, siempre mandamos señales para que sepan que somos nosotros, el universo y ustedes.

La noche transcurre y en mi nostalgia pienso que “nosotros somos lo mismo”, justo como estrellas que brillan, pero también queman y hacen agujeros, sin embargo, cuando sale el sol, de nuevo, y el día inicia, todo cambia, todo inicia una vez más y podemos mejorar.

Este escrito fue realizado con la canción “Universe & U” versión acústica de KT Tunstall de fondo, y extrae algunos fragmentos de oraciones en el texto

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