La Linea nigra como marca de la oscuridad

Línea nigra es un hermoso libro sobre el terror y la oscuridad de la maternidad. Foto: Especial.

El embarazo es una historia de Doppelgänger. Así lo expresa Jazmina Barrera en su libro Linea nigra. Llegué a leerlo por casualidad y cercanía; quizá no hubiera sido mi primer candidato en la lista, pero lo empecé desinteresadamente y me atrapó al grado de no querer soltarlo.

Es un hermoso libro sobre la maternidad y los primeros años del nacimiento de un bebé, pero más bien es un hermoso libro sobre el terror y la oscuridad de la maternidad, sobre el miedo y el desconocimiento. Un ensayo que parece una novela, en la que Jazmina se desborda y se atreve a contar las cosas terribles del embarazo en general; a veces es también una confesión. A ratos se asoma el carácter ensayístico y nos comparte impresiones de otras autoras, frases y citas de libros sobre el tema, y muchas coinciden en lo horrible, lo desestabilizador del hecho: “‘La maternidad es otro tipo de daño. Es una demolición, una desintegración del ser, después de la cual la forma original desaparece’. Para Sarah Manguso la maternidad es un terremoto”. Otra más de este corte: “Si todo sale bien con el parto”, dice Maggie Nelson, “el bebé saldrá vivo y tú también. Pero en el camino habrás tocado la muerte”. Adiós idilio, el embarazo es una condena, y debería gritarse a los cuatro vientos de una buena vez.

Yo misma he pensado en la maternidad. Algo de mí conoce esa oscuridad, quizá de otra manera; me detengo con miedo —y vergüenza a ratos, porque se supone que dar vida es una bendición— al pensar que no quiero pasar por ahí, y eso que yo soy bastante oscura y debería poder con aquéllo. Conforme cumplo años pienso de manera cada vez más recurrente si me gustaría tener hijos, ¿de verdad los tendría? Hasta el momento no me he animado a dar el sí. Para mí es una decisión demasiado importante como para tomarla a la ligera.

Y es curioso porque tengo muchas cosas a mi favor, beneficios y comodidades de las que muchas madres no gozan. Disfruto de una relación estable, estoy casada desde hace un año, ambos tenemos trabajo y cierta estabilidad en ese aspecto, incluso hay espacio en el departamento como para acomodar a un hijo o a dos. Sé de muchas personas que se avientan a la aventura sin todas o alguna de las anteriores comodidades. Concluyo que si no tengo hijos es por egoísmo, por no querer renunciar a mi paz, a mi sueño, a mi cuerpo, a mi tiempo. Si eso no es egoísmo no sé qué sea.

El libro de Jazmina me enseñó muchas cosas. La leche materna es sangre, como ella lo dice, “todos deberían saberlo”, pero casi nadie lo sabe; aprendí que es normal la formación de esa línea oscura que se empieza a notar desde el ombligo y que se pierde al inicio del vientre, que es normal porque siempre está ahí, pero no se nota porque fuera del embarazo tiene el mismo tono de la piel; me enseñó que aún en la actualidad el embarazo es visto como una cosa fantástica y hermosa, cuando en realidad está llena de espanto: esa linea nigra guarda el terror.

Subrayé mucho, y estuve de acuerdo en muchísimas cosas, por ejemplo, en la importancia de vivir una maternidad deseada. Me vienen a la cabeza con perfecta coherencia las consignas de las luchas feministas. Jazmina escribe: “Nunca antes, como ahora, había estado tan a favor de despenalizar el aborto. Esta transformación tan brutal del cuerpo sólo debe suceder si la mujer está dispuesta, si lo desea fervorosamente. Nadie, nadie que no quiera pasar por esto debería estar obligada a hacerlo.” Es correcto, la maternidad será deseada, o no será. Es fundamental estar segura de querer pasar por ese tormento, nadie debería ser obligada, una persona egoísta jamás debería vivirlo.

Otro acierto del libro, además de la sinceridad, es la subversión. Agradezco que exista un diario de embarazo de una manera tan honesta: “Me cuesta lidiar con la idea de que media humanidad ha pasado por esto. Es lo más común del mundo y me parece tan distinto, incómodo y desconcertante.” Jazmina además confronta muchas de las convenciones establecidas frente al embarazo y frente al hecho de ser madres. También sobre la lactancia, el tabú y lo difícil que es en realidad alimentar a un bebé a vista de todos, cuando debería ser lo más normal del mundo.

Nunca me había puesto a pensar en las dimensiones de la maternidad más allá de lo evidente. “Yo me pregunto en qué momento la madre deja de sentir que el cuerpo de su hijo es también el suyo. El bebé está afuera de ti pero vino de ti y está hecho de ti, así que es todavía un poco tú. Hasta cuándo. Hasta dónde.” Excelente pregunta, es por esto que a las madres les sobrevive un miedo eterno al no poder cuidar siempre de ese “algo” que salió de ellas pero que ya no es parte de ellas, aunque lo fue. Todos tenemos un básico instinto de supervivencia, pero cómo sobrellevarlo cuando se debe cuidar a alguien sobre el cual ya no tenemos control porque no es ya parte de nosotros. Por eso las madres no duermen y existen sostenidas por el miedo. Miedo, yo también tengo miedo ahora mismo por el hipotético caso de mi reproducción, no me puedo imaginar cómo sería mi miedo si lo llevara a cabo.

Cierro con esta cita: “Es cierto eso de que los bebés te dan un motivo para vivir. Pero también son un motivo para no morir, que prohíbe morirte. Y que hay días en que esto no se siente bien.” Aunque no soy madre, aún tengo a mi madre, y siento que el motivo para no morir aplica también para los hijos. Yo estoy segura de que será mucho más difícil para mí mantenerme viva una vez que mi madre muera. Creo que la conexión con las madres es tal que es lo suficientemente fuerte como para mantenernos en el mundo. En mis días más oscuros pienso en mi madre y sé que sigue siendo mi motivo para vivir.

Recomiendo profundamente leer a Jazmina, no sólo es un libro para las mujeres embarazadas o que quieran estarlo o hayan estado, es un libro para todas las personas, porque el tema no ha sido suficientemente explorado, y las reflexiones que hace sirven para situarnos en otra perspectiva, en otro horizonte. Es increíble que ignoremos tanto de algo tan común.


Referencias:
Barrera, Jazmina; Linea nigra, Editorial Almadía, México, 2020, 117pp.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *