Un murmullo que va acercándose de entre la selva. Cadencioso, pero triste y profundo como un lamento que redime: Oración caribe, el canto de los negros… escrito por ¿blancos? O por uno: el inolvidable Agustín Lara.
Fue en el año de 1929 cuando el “Flaco de Oro” conoció a una de sus más grandes intérpretes, Antonia del Carmen Peregrino, Toña la Negra.
Originaria de Veracruz, Toña logró atrapar al auditorio con su voz y con las letras del músico poeta, quien le escribió canciones como “Lamento Jarocho” y “Palmera”.
“Piedad, piedad para el que sufre/ Piedad, piedad para el que llora/ un poco de calor en nuestras vidas/ y una poca de luz en nuestra aurora”. ¿Quién no recuerda este estribillo que se levanta justo como una oración?
Javier Solís, Los Panchos, Vicente Fernández, Betsy Pecanins, Natalia Lafourcade y otros muchos han invocado a “la negritud” en este emblema pero sin tener mucho que ver con ella. Y no hablo de su piel, sino de la cultura de las comunidades afrodescendientes.
Asumirse como el vocero del desvalido siempre nos brinda un aire de superioridad moral y nos quita un poco la responsabilidad social de estar, sin pedirlo, en el lugar de los beneficios. Un ejemplo de ello es la caridad, o el 80 por ciento de la antropología/etnología desarrollada en todo el mundo bajo la lupa occidental.
En “Oración Caribe”, por lo menos con la instrumentación y la intérprete original, se encarna al negro exótico y sufriente. ¿Pero qué es lo exótico sino un desconocimiento y una fantasía sobre el Otro?
El escritor Gabriel Weisz dice que “la elaboración de un imaginario exótico trae consigo un conocimiento del otro como enigma y recipiente de diferencias. Pero es un conocimiento que construye al otro como objeto, por tanto es siempre un conocimiento superficial y simplificado”.
“Oración Caribe” puede ser memorable y hasta sublime, pero no deja de ser una narrativa de lo ajeno, una fantasía.
No estoy segura que Agustín Lara fuera ¿blanco? más bien moreno…y Toña, muy negra tampoco…conocí a una de sus sobrinas cuando fui a la Escuela Primaria en Veracruz, se llama Laura Peregrino y ¡tampoco muy negra!! más bien morena, como yo. Lo que sí es cierto es que la música Afrocaribeña mezcla un sabor, un ritmo y una sensación que ¡¡ya quisieran los blancos!! Muy buen artículo Mariana, ojalá nos compartieras unos ejemplos más del vasto acervo de este género musical. ¡Felicidades por todos tus textos!!