Tensión y acción en el capítulo final de The Mandalorian

Bebé Yoda
The Mandalorian llegó al final de su primera temporada, con un capítulo repleto de acción, tensión, risas y una serie de dudas despejadas. Foto: Especial.
Cargado de tensión, el capítulo se dio abasto para combinar la acción con los guiños de historias pasadas y el reforzamiento de frases que quedarán para la posteridad en la saga.

The Mandalorian llegó al final de su primera temporada, con un capítulo repleto de acción, tensión, risas y una serie de dudas despejadas; sin embargo, en el horizonte se abrió un abanico de expectativas, de cara a la segunda temporada de esta serie.

Dirigido por Taika Waititi, el último capítulo de la serie redondea la historia del personaje central de la trama. A lo largo de 40 minutos, conocemos el origen del Mandaloriano y la motivación que lo llevó a salvaguardar al bebé Yoda, desde el momento en que lo conoció.

Bajo el nombre de “Redención”, la primera serie live action de Star Wars cierra con tambor batiente su temporada de estreno y muestra que cuando las ideas son claras y coordinadas por personas conocedoras de la historia de la saga, se puede elaborar un producto con la capacidad de agradar a propios y extraños.

Cargado de tensión, el capítulo se dio abasto para combinar la acción con los guiños de historias pasadas y el reforzamiento de frases que quedarán para la posteridad en la saga.

Si aún no ves el capítulo, te recomendamos abandonar esta reseña.

El episodio inicia con la recapitulación de la captura del bebé Yoda a mano de dos Stoomtroppers. Tras ello, el director introduce un guiño a los fans de la saga, al mostrar la pésima puntería de los soldados imperiales.

Cuando todo parece perdido, el droide IG-11 aparece en escena para cumplir con su misión primaria: proteger al niño. Es en ese momento que el capítulo aumenta de tensión y acción, con las maniobras del robot para rescatar al grupo que encabeza el Mandaloriano.

Disparos por aquí y por allá, peleas cuerpo a cuerpo y soldados de asalto presentes en videojuegos como Battlefront II o películas como Rogue One, llenan la pantalla. Hasta que un soberbio Moff Gideon aparece para culminar el combate con un bombazo capaz de dejar mal herido al Mandaloriano.

Previamente, habremos de enterarnos que el Mandaloriano fue rescatado y entrenado por uno de los clanes de Mandalore. Eso lo llevó a tomar el nombre de Din Djarin y a asegurar que este grupo no es una raza, sino un credo.

Refugiados y a expensas de un soldado de asalto con capacidad para incendiar todo a su paso, los protagonistas son salvados por los poderes sobrenaturales del bebé Yoda.

En su búsqueda por escapar, el grupo halla el taller de la Mandaloriana que confeccionó la armadura del protagonista.

Posteriormente, se embarcan sobre un río de lava, en busca de salvar al bebé. El final del túnel está cerca, aunque para su sorpresa, un grupo de soldados de asalto está esperándolos para ejecutarlos.

Con todo que perder, IG-11 decide sacrificarse y redirmirse. Si en el primer capítulo fue contratado para eliminar al bebé Yoda, ahora tenía otra misión: salvarlo a costa de cualquier resultado.

Tras caminar sobre la lava y recibir unos cuantos disparos de la tropa de asalto, IG-11 se redime al hacerse explotar.

Con el camino depejado, el grupo debe enfrentarse a un Moff Gideon persistente y empecinado con poseer al bebé Yoda. A bordo de su Tie Fighter, se alista a destruir la embarcación de los protectores del infante, cuando el Mandaloriano activa su jet pack y logra colocar una bomba en una de las alas de la nave…

La explosión desata la alegría de Cara Dune, Greef Karga, el Mandaloriano y el bebé Yoda. Sin embargo, el camino de los protagonistas toma caminos distintos. la ex miembro de la Alianza Rebelde y el jefe del Gremio de Cazarrecompensas se quedan en el planeta, mientras Din Djarin emprende su siguiente aventura: proteger al menor hasta que esté con elementos similares a su raza.

La nave del Mandaloriano abandona el planeta. Todo parece felicidad hasta que del Tie Fighter derribado, aparece Gideon. Su figura, molesta y arrogante, empuñá un tesoro preciado por los mandalorianos, el sable oscuro con el cual fueron capaces de enfrentar y vencer a los Jedis.

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