Suiza 1954: Alemania y el milagro de Berna

Puskas y una de las mejores generaciones de futbolistas de Hungría se toparon ante una Alemania que en Berna les arrebató la Copa del Mundo de Suiza 1954.

La quinta edición del mundial se convertiría por primera vez en un torneo con mayor representación internacional al incluir a un equipo de la Confederación Asiática de Futbol (AFC), así como a los representantes de América y Europa.

Los Alpes suizos recibieron a los 16 participantes de la Copa del Mundo: Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Checoslovaquia, Corea del Sur, Escocia, Francia, Hungría, Inglaterra, Italia, México, Suiza, Turquía, Uruguay y Yugoslavia.

La copa de Suiza se jugaría con cuatro grupos de cuatro integrantes. Los primeros dos lugares de los sectores clasificarían a la ronda de cuartos de final. Las victorias dotarían de dos puntos al ganador, mientras el empate les daría una unidad.

La fase de grupos fue espectacular: se marcaron 92 goles con sendas golizas protagonizadas por Hungría, Turquía, Alemania y Uruguay. Los húngaros volaban en el campo y ganaron el sector “B” con cuatro puntos y una diferencia de goles de más catorce.

Los uruguayos se dieron el lujo de marcar nueve anotaciones en dos juegos y endosarles siete a Escocia. Otro resultado que causó impacto fue el empate a cuatro tantos entre Inglaterra y Bélgica.

Todos los caminos llevan a Berna

Hungría, Brasil, Uruguay, Inglaterra, Alemania, Yugoslavia, Austria y Suiza fueron las selecciones clasificadas a cuartos de final.

Los húngaros vencieron a los sudamericanos por 4 a 2, mismo resultado por el que Uruguay dejó tendido a Inglaterra; mientras Alemania dio cuenta de Yugoslavia con un 2 a 0. Finalmente, Austria le metió 7 tantos a Suiza, que anotó 5.

Ya en semifinales, Hungría eliminó a Uruguay por 4 a 2, y Argentina goleó a Austria por 6 a 1. Húngaros y Alemanes se volverían a ver las caras, como en la ronda de grupos, ahora en Berna.

Hungría arrancó con todo, quería arrollar a los alemanes como lo había hecho en la fase de grupos cuando los goleó por 8 a 3.

Al minuto 6’, Puskas marcaba el primero, mientras al 8’, Czibor anotaba el 2 a 0 que parecía anunciar el desastre alemán. Sin embargo, Moriock dio esperanza a los teutones,.

Fue al minuto 18’ cuando la historia cambio y Rahn aprovechó un descuido en la saga húngara para marcar el empate a dos tantos.

Hungría tuvo el título en sus manos, pero el futbol les recordó que era caprichoso al impedir que la pelota terminara en las redes alemanas. Minutos despeñes, al 84’, Rahn volvió a aprovechar un descuido del arquero rival para desatar la locura en el campo.

Alemania había conseguido un auténtico milagro: vencer al campeón olímpico y al cuadro que tenía 28 partidos internacionales sin conocer la derrota. Los teutones alzaban su primera copa en Berna.

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