Escribir es un acto de rebeldía, de grito, de deseo por sacudirse los fantasmas y el miedo. Una muestra de ello es Contra el silencio, obra de la narradora y psicoanalista Asbel Hernández. En entrevista, la queretana abunda sobre su obra y da pincelazos de la forma en la que concibe el mundo.
Alaide Cervantes (AC): En relación con tu libro, Contra el silencio, ¿cuál es el lugar del silencio en tu escritura? ¿En qué género lo inscribirías?
Asbel Hernández (AH): Retomo algunas palabras de la contraportada para responder al tema del silencio: Contra el silencio… la palabra, el grito. Hacerse con el silencio, de ahí parte esta propuesta. Por un lado, la palabra surge, aunque no sin el grito necesario ante circunstancias extremas o particulares en las historias de los personajes. Algunos otros se hacen, se construyen justo desde el silencio, con su silencio frente a historias de amor y lo contrario; frente al maltrato o el deseo de otros. Los otros siempre como un elemento necesario en la construcción subjetiva de cada personaje. Respondiendo a la segunda parte de tu pregunta, mi propuesta literaria está inscrita en el género del relato.
AC: ¿Cuáles son las influencias literarias en tu obra, en general? Por ejemplo, en libros como No me quedaré (Abismos Editorial), que pude encontrar en El Sótano hace unas semanas, y Otra vez el crepúsculo, que se encuentra en versión digital, editado por la editorial Samsara.
AH: Es inevitable decir que Marguerite Duras, Amparo Dávila, Alice Munro y Patricia Highsmith (sí, todas mujeres), sin dejar de decir que Proust, Camus, Joyce y Kafka, son parte de las lecturas a las que regreso con frecuencia.
AC: ¿Te decidiste a narrar historias de mujeres o esto aparece naturalmente en tu escritura?
AH: Es una constante que aparece de forma inevitable en mi narrativa. Lo femenino se ha impuesto tanto en personajes hombres como en mujeres.
AC: ¿Qué importancia guarda la relación madre e hija en tu obra?
AH: Es un vínculo que aparece con insistencia en mis relatos. Me interesan sobre todo aquellos personajes, en esa dupla, que rompen los patrones establecidos. Medea es un personaje que se asoma en todo momento en mis relatos. De hecho, estoy por terminar un libro donde todos los relatos incluyen madres dibujadas como seres oscuros. Porque existen seres así. Dudo de la bondad humana, en general, y la insistencia de la oscuridad y los seres rotos está presente todo el tiempo en mi escritura. Cuando se escribe desde la orfandad, las posibilidades para inventar son infinitas.
AC: ¿Qué temas resuelve Contra el silencio?
AH: Nada, mi propuesta no apuesta por resolver algo. Trato de decir, de contar, de trasmitir, apostando por llevar eso que quiero decir a otro nivel, que se aleje de lo anecdótico, que pueda cimbrar al lector, hacerlo pensar. Esta última acción está sobrevalorada y considerada exclusiva del género humano, pero no hay nada más falso.
AC: Recientemente ganaste el premio Lucien Freud. Dinos, ¿qué temas abordas en el ensayo, además de lo que trabajas en tu obra narrativa?
AH: El ensayo aborda el tema del arte como un espejo del pensamiento, como una posibilidad para pensar y mirar ahí donde es difícil mirarnos como humanos. Evoco a Genet y su obra, su oscuridad y su vida, y escribo acerca de cómo, desde ahí, y con todo lo que fue y lo que no, nos lega una obra extraordinaria: desde su condición de desecho de la sociedad, en ese tiempo que robó y fue delincuente, en ese tiempo de encierro en la cárcel, donde elaboró la mayoría de sus escritos. Su oscuridad me hace pensar en la propia y en la de los otros humanos.
AC: Asbel, si alguien quiere consultar el ensayo con el que fuiste acreedora al premio, ¿dónde puede hacerlo?
AH: El texto se encuentra en línea en la página de la Fundación Proyecto al sur, el trabajo se titula: El arte: Un espejo del pensamiento. A propósito del mal, la creación y un poco más.
Muchas gracias. ?Como puedo iniciar sesion?