Tiene a su cargo una de las áreas más grandes de la UNAM, la cual integra 22 institutos y ocho centros de investigación. Instancia que en 2014 publicó, según datos estadísticos de la propia institución, 3 mil 250 artículos en revistas internacionales arbitradas. Es Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica y uno de los aspirantes a la rectoría de la UNAM.
Nació en Puebla, un 7 de octubre de 1953. En 1972 ingresó a la Facultad de Química de la UNAM. Ahí obtuvo la licenciatura y tiempo después el doctorado en Bioquímica. Fundador del Centro de Neurobiología, se convirtió en el primer director del instituto de la misma especialidad.
En el segundo periodo del actual rector, José Narro, ocupó la coordinación de Investigación Científica, lo cual le ha dado mayor visibilidad por el peso e importancia que dicha instancia tiene en la máxima casa de estudios.
La UNAM ha contado con su labor durante 43 años donde, señala en su plan de trabajo, ha podido identificar y diseñar propuestas para fortalecer a la institución y que ésta continúe contribuyendo con el desarrollo y la solución de problemáticas que presenta el país.
Su plan de trabajo se basa en 11 puntos. El primero de ellos es la docencia donde propone mejorar la calidad de la enseñanza, a través de dotar a los alumnos de mejores herramientas que incrementen sus capacidades. Por ejemplo, la revisión y actualización de planes y programas de estudio, el reforzamiento de estrategias para bachilleres, el impulso del uso de tecnologías de la información; además de implementación de exámenes departamentales para “asegurar el cumplimiento de estándares de calidad de los cursos que se imparten”.
En el plano de la investigación, Arámburo de la Hoz busca potenciar y reconocer la importancia de los procesos de vinculación que la universidad tiene con los sectores público, social y privado; agilizar trámites administrativos; modernizar la normatividad de Propiedad Intelectual; entre otras.
Además, en vinculación, tratará de “flexibilizar el marco normativo que limitan la vinculación academia-empresa”; continuar con el programa de renovación de la planta académica; fortalecer las 11 sedes de la UNAM en el extranjero; establecer una agenda sustentable; modernizar la administración; potenciar la rendición de cuentas; y otras.
Arámburo desea la rectoría. A su favor tendría su conocimiento de una parte sustancial de la universidad: la investigación; en su contra, su aparente carencia de oficio político necesario en un puesto como el de rector. La última palabra es de la Junta de Gobierno.