Gabriel García Márquez, el hijo de Macondo que venció a la hojarasca

Gabriel García Márquez
Gabriel García Márquez nació un 6 de marzo. Foto Facebook, Gabriel García Márquez.
Para 1982, su nombre quedaría inmortalizado en la historia de la literatura universal.

Camino a Acapulco, mientras conducía, Gabriel García Márquez tuvo una revelación. Una a una, las palabras se fueron dibujando en su mente. Aquello que tanto había buscado, por fin se le había revelado.

Detuvo el auto, dio la vuelta y regresó a la Ciudad de México. Comenzó a teclear cada una de las palabras. Así nació Cien años de soledad, la novela que lo encumbró en la literatura universal y en la que sintetizó la historia de su familia.

Pero antes de llegar ahí, “Gabo”, como lo conocían sus amigos, vio la luz un 6 de marzo de 1927 en Aracataca, Colombia.

El hijo de Luisa Santiaga y Gabriel Eligio pasó su infancia entre las historias de la guerra que su abuelo le contaba, y las creencias sobre el más allá de su abuela.

Todo ello sería la semilla del realismo mágico y de los fragmentos que confeccionarían novelas como Cien años de soledad o Del amor en los tiempos del cólera.

Alumno, según contó decenas de veces, de escritores como Franz Kafka, William Faulker o Juan Rulfo, estudió derecho en Bogotá hasta que la guerra civil lo hizo abandonar la universidad.

Luego de regresar a Aracataca le confesó a sus padres que abrazaría el periodismo. El Universal, El Espectador y El Heraldo, serían los primeros los medios donde García Márquez mostraría su talento como las letras.

En los medios nace su primer reportaje novelado: Relato de un náufrago, historia que habla sobre la travesía de Luis Alejandro Velasco, un marinero que estuvo diez días a la deriva en el mar. El texto se divulgó en 14 entregas en 1955, y en 1970 se volvió libro.

Tiempo después llegaría La hojarasca y su matrimonio con Mercedes Barcha. Para 1961 llegaría a México, país donde, de la mano de su amigo Álvaro Mutis, descubrió dos de las obras cumbres del Boom Latinoamericano: El llano en llamas y Pedro Páramo.

En México, rumbo a Acapulco, tuvo la revelación esperada: “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”

Su novela fue rápidamente reconocida y él se integró al movimiento literario más importante de Latinoamericana.

Tiempo después llega escribiría El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera, El general en su laberinto y Del amor y otros demonios.

Para 1982, su nombre quedaría inmortalizado en la historia de la literatura universal: obtiene el Premio Nobel de Literatura.

Su vida transcurrió entre letras, compromiso político con la Cuba de Fidel Castro, y su capacidad para ser incluido en diversos círculos políticos.

Tiempo después de recibir el Nobel, Gabriel García Márquez declararía su preferencia por ser recordado más como periodista que como literato. Su sueño y amor por “el oficio más bello del mundo” lo llevó a crear la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano.

El final de la década de 1990 lo sorprendió con un cáncer linfático que limitó su presencia en espacios públicos. Por ese mismo año perdió a su madre, mientras terminaba de escribir Vivir para contarla.

En 2004, saldría su última novela: Memoria de mis putas tristes.

El hijo pródigo de Aracataca se marchó un 17 de abril de 2014, en la Ciudad de México, justo cuando las flores amarillas que le obsequiaron en su cumpleaños comenzaron a marchitarse.

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