El fin de una era, el adiós de Iker Casillas

Era el final de su discurso, el instante cumbre que daría paso a la despedida. “Y estén seguros que allá donde vaya, seguiré gritando: ¡Hala Madrid!”, exclamó mientras sus ojos se enrojecían. No pudo ocultar más su tristeza, le diría adiós al equipo con el cual brilló y se consolidó en el futbol mundial.

Pero todo fin indica el inicio de otra etapa. Iker Casillas deja las filas de Madrid para enrolarse en la casaca del Porto de Portugal. La tarde del sábado, la directiva encabezada por Florentino Pérez emitía un comunicado donde anunciaba el fin de la era del meta español.

El mensaje fue corto, apenas unas líneas de agradecimiento y despedida que cerraban un ciclo de 25 años en el club blanco. Tras debutar con 18 años, Casillas deja 3 Champions League, 1 Mundial de Clubes, 2 Copas Intercontinentales, 2 Supercopas de Europa, 5 Ligas de España, 2 Copas del Rey y 4 Supercopas de España.

Iker no es cualquier portero, es el mejor que ha pisado y defendido la meta del Santiago Bernabéu, casa que lo vio debutar con 18 años de edad. Además, tiene el honor de ser el primero que levantó la ansiada décima Copa de Europa.

Arquero delgado y de reflejos rápidos, capaz de reaccionar en corto tiempo y evitar la caída de su portería, marcó una época dorada en el club blanco. Catalogado como el mejor arquero desde 2006 hasta 2012, Casillas deja en orfandad la capitanía del Real Madrid, la cual asumió tras la salida de Raúl Gonzalez.

Casillas le dio todo al Madrid, como el equipo blanco y afición le dieron al arquero; sin embargo, en los últimos años, las criticas habían aumentado por una debacle en su capacidad futbolística.

La época más triste de Iker inició con la llegada de José Mourinho y una lesión que lo alejó del campo; después, el nacido en la capital española conocería al peor enemigo de un futbolista: la banca. Con Ancelotti tendría su revancha, sin que las dudas por si tenía el nivel para defender el marco merengue cesaran.

Tras la culminación de la temporada europea, las especulaciones abundaron. Iker se iba de la que fue su casa. Casillas se marchaba de Madrid aunque el destino no parecía fijo hasta que Portugal levantó la mano. El Porto será su nueva casa.

El mensaje fue para agradecer el tiempo que vistió la casaca blanca. Iker Casillas dijo adiós al Real Madrid, pero no como sus logros lo merecían: homenajeado y aplaudido por la afición que tantas veces coreó sus salvadas. Casillas se va como todo portero cuando ve horadado su marco: solo y con la tristeza en los ojos.

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