Por: Juan Pedro Salazar
@juaninstantaneo
Lionel Messi y Barcelona se buscan, se necesitan. Juntos han construido una historia de éxitos, dichas, títulos y goles. Desde que se vieron, supieron que debían estar juntos. Por eso, aquel adolescente de 13 años empacó sus cosas y, junto a sus padres, tomó un avión a España. La ciudad condal sería su casa y la playera blaugrana su vida. Este sábado, en la cancha de Berlín, tratará de darle una alegría más a su equipo: el título de la Champions League.
En Barcelona, Messi es poco menos que el mesías esperado por el equipo y la afición para llevarlos a la gloria del futbol mundial. Hasta el momento, lo ha conseguido. El argentino es uno de los constructores de este equipo de época. Sus goles, su magia, su esfuerzo, han ayudado a edificar cada uno de los títulos que Barcelona ha alcanzado en los últimos once años.
La última joya del ’10’ culé ocurrió el pasado sábado en la final de la Copa del Rey. Messi tomó el balón en el mediocampo, cargado a la derecha, y desde ahí arrancó con la pelota pegada al pie, en tres cuartos se quitó a tres defensas, uno de ellos con túnel incluido, enfiló al área donde dejó plantados a dos defensas más. El portero se tiró para hacer más espectacular la anotación. La afición, el planeta futbolístico se rindió a los pies del nacido en Rosario, Argentina.
Pero en el año no todo ha sido alegría. Al principio de la temporada, Messi y el Barcelona navegaban por aguas complicadas. Parecía que el proyecto comandado por Luis Enrique no cuajaba y se hablaba que el ’10’ blaugrana se marcharía pronto de la ciudad que lo ve como un héroe.
Todo cambió después de la noche en Anoeta, tras la derrota contra la Real Sociedad, el equipo tocó fondo y entendió que si no despertaba, 2015 sería un año sin títulos. Algo se encendió en la mente de la ‘pulga’ que decidió echarse al conjunto al hombro y sacarlo, poco a poco, del bache donde se había metido. Entonces llegó la resurrección culé.
Junto a Suárez y Neymar, Messi armó la temible MSN que esta temporada ha marcado 120 goles. Si Barcelona ha conseguido dos títulos, liga española y Copa del Rey, y pelea por el tercero, la Champions League, es en gran medida a los goles del tridente y el talento del 10′ azulgrana.
Aunado a ello, la ‘pulga biónica’ se ha convertido en el máximo goleador de la champions al horadar 77 veces el marco rival; 10 en esta temporada. Además, ha colaborado en cinco más con algún pase.
Para Messi, los éxitos se acumulan en Europa. De ganar el sábado, conquistaría su cuarta ‘orejona’. La primera la obtuvo en 2006, en París, la segunda en 2009, en Roma, y la tercera en 2011, en Londres. En las últimas dos ha marcado gol; de anotar en la tercera, se convertiría en el primer jugador en anotar en tres finales consecutivas. Un récord que el ’10’ está dispuesto a alcanzar.
Pero, ¿qué le hace falta ganar al 10 azulgrana para grabar su nombre en la historia del futbol? Hay quienes dicen que nada, que su nombre, hazañas, goles, talento y magia, ya tienen un sitio en los anales pamboleros. Otros no olvidan que a Messi le falta brillar con la selección argentina.
Comparado con Maradona, el ’10’ blaugrana sigue construyendo su historia, aunque de vez en cuando regala calcas de goles anotados por el D10S albicelte. ¿Cómo olvidar aquel gol que anotó frente a Getafe, mismo que fue una calca del marcado por Maradona frente a los ingleses en el mundial de México 86?
De mirada esquiva y gestos que hablan de cierta frialdad, basta conque el argentino tome el balón y se convierta en uno de esos niños que hacen del barrio su casa; entonces, la magia aparece y Messi cose la pelota a sus pies y arma jugadas de fantasía. Los defensas pueden caer uno por uno, puede filtrar un pase entre dos jugadores rivales y asistir a sus compañeros, o definir cuando nadie lo espera.
Berlín es el escenario. Messi el artista que espera conquistar la copa de Europa y regalar una gloria más a la afición que ve al equipo como “más que un club” y es que el MESSIas lleva el 10.