Os pássaros quando morrem caem no céu.
José Gomes Ferreira
Mi padre tenía un dólar
guardado en su cartera;
fue el último que tuvo.
Mi padre ganó muchos dólares cuando fue joven,
y cuando casi ciego llegó a casa
los cambió y los gastó con el valor del peso,
queriendo recobrar la vista.
Él apenas podía reconocer la forma de las cosas
(que palpaba con sus ojos turbios);
y jugando con él a que perdió su billete
(último vestigio de lo que había ganado),
yo tomé su dinero.
Mi padre murió olvidado el dólar.
Mi padre murió recordando nada.
Yo tomé su billete y lo conservo oculto.
Yo tomé su olvido y lo volví más falso.
Injusto me hace ver la madrugada:
no lloro porque hurto sino porque hurté llorando,
y él lloró a su dólar creyéndolo perdido.
La madrugada sueña anclada en la maldad
que soñó con pájaros de dólar
soñados por el hijo que no puede gastarlos.
Los pájaros de dólar pueden comprar el cielo.
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