México intentó, pero el muro no cedió y Estados Unidos se marchó del Azteca con un empate que tiene sabor a triunfo.
Los primeros minutos del duelo fueron marcados por la tensión. Estados Unidos adelantó líneas y un error entre Javier Hernández y Héctor Herrera, permitió que Michael Bradley recuperara el esférico, enfilara hacia la portería y sobre la media luna, picara el balón. Guillermo Ochoa intentó sacar la pelota, pero sólo vio cómo se incrustaba en su arco.
El gol sorprendió a toda la afición mexicana. Las barras y las estrellas ganaban y buscaban su primer triunfo en partido oficial en el Estadio Azteca.
México trató de sacudirse el golpe e intentó adueñarse de la pelota. El visitante esperaba un error de su rival para contragolpearlo; estuvo cerca ce conseguirlo en los pies de su joya: Pulisic, pero la defensa tricolor solventó el peligro.
Al 24′, Estados Unidos pudo marcar el segundo a su favor. Wood intentó rematar, pero la pelota rebotó en la defensa y terminó en las manos de Ochoa. El arquero mexicano extendió rápidamente a Hernández; el ’14’ cedió a Carlos Vela. El delantero de la Real Sociedad arrancó por la banda derecha, enganchó, se quitó a un par de defensas y en la unión de la media luna y la línea del área grande, sacó un potente disparo que venció a Guzan.
El grito de gol cimbró el Azteca. México empataba con base en el coraje. Las aguas se calmaron y el tricolor intentó retomar el control de la pelota y el partido. Sin embargo, los últimos minutos del duelo se diluyeron en la tensión del clásico de la Concacaf.
México buscaba una victoria que amarra su clasificación al mundial de Rusia 2018. Estados Unidos quería sumar y continuar con el invicto de Bruce Arena en el banquillo.
El muro estadounidense no cayó
En el segundo tiempo, el cuadro visitante plantó un muro en su último cuarto de campo. Los mexicanos intentaron superarlo, pero sus pases o coladas terminaban impactándose en la línea estadounidense.
Herrera estuvo cerca con un cobro de falta. Pero su disparo coqueteó con el travesaño y el pasto del Azteca. Minutos después, Bradley pudo marcar el segundo para su causa; sin embargo, la pelota besó el poste de Ochoa.
Estados Unidos replegó. Hirving Lozano se estrellaba con los tres defensas visitantes que lo custodiaban. Cada centro o intento de pase filtrado mexicano, terminaba rechazado por el cuadro visitante. Las más clara estuvo en los pies de Javier Aquino, quien ingresó por Fabián, pero el jugador felino rebanó el centro que Diego Reyes había tendido.
El peligro se respiraba, pero no lograba inundar el campo. México estaba impreciso, carente de ideas y desequilibrio en la última zona del campo. Quizá la prueba más fehaciente sea el último tiro de esquina tricolor, Vela retrasó la pelota hasta el medio campo, no hubo centro al área, pues el árbitro pitó el final del juego.
El muro estadounidense quedó intacto. México se marcha a Confederaciones con un empate amargo, que lo deja a dos unidades de asegurar su clasificación a Rusia 2018.