Purpúrea sangre que habita en mi vientre infecundo,
no me abandones.
Contigo late unísono mi ser
que se desprende y brota
lentamente hacia el universo.
Por ti es el éxtasis mudo
de intensidades palpitantes
que se arrojan a la nada.
Ciclos discontinuos de caos
sobre caos sobre sangre.
Manantial carmín espeso
donde nadie se baña,
pero siempre está ansiándose la vida.
Purpúrea sangre que habita en mi vientre:
no me abandones,
que la pérdida de ti
provoca luto y tristeza conjugada
en este no saber
el nombre del difunto.