El silbatazo final decretó la eliminación de Italia. Ni el último esfuerzo de Gianluigi Buffon le valió para extender la esperanza y jugar su sexto Mundial de manera consecutiva. No era el día. Cerraría su etapa como seleccionado con el trago más amargo de su carrera.
Y es que Buffon dejó en claro que después de la Copa del Mundo de Rusia 2018 se retiraría. Al “99.9 por ciento [es seguro]”, dijo ante las cámaras de televisión un 12 de junio de este año. Hoy lo reafirmó: “siento mucho que mi último partido oficial con Italia haya coincidido con la eliminación”.
Pero el arquero de la Juventus sabía que más allá de su pérdida, la deuda más grande era con la afición italiana.
“Lo siento no ya por mí, sino por la afición. Hemos fallado en algo que es importante a nivel social, es la única pena que tengo porque el tiempo pasa y es cruel”, añadió entre lágrimas.
Y ese llanto conmovió a más de uno en el mundo del futbol, a esos que vieron cómo el arquero italiano levantó la copa en Alemania 2006 tras vencer a la Francia de Zinedine Zidane.
El debut, la despedida: la reclasificación
Buffon debutó con la Selección un 29 de octubre de 1997 ante Rusia, en la reclasificación para Francia 1998. Era el minuto 32 cuando el arquero Gianluca Pagliuca se lesionó. El entonces técnico italiano tenía en la banca a la sensación de la Serie A: “Gigi”.
El meta paró como si llevara años en el arco azzurro. Sólo vio su meta horadada por un autogol de Fabio Cannavaro. Posteriormente, los de la bota itálica vencerían a Rusia en su territorio y clasificarían a Francia 1998.
Pese a su trabajo, Buffon tuvo que mirar la Copa del Mundo desde la banca, aún no era su tiempo. Para Corea-Japón 2002 se adueñó del arco, mismo que no soltó durante Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Rusia 2018 significaba su sexta Copa del Mundo y dos récords acuesta: el jugador con más mundiales disputados con seis, superando a Lothar Mathaus y Antonio Carbajal; y el arquero italiano con mayor edad en disputar un Mundial, junto con Dino Zoff.
Sin embargo, no pudo darse e Italia mirará el torneo más importante de selecciones desde casa.
El inicio del fin
El Mundial de Alemania 2016 significó el punto más alto en la historia reciente de Italia. La solidez defensiva, expresada en los 453 minutos sin gol en contra, la capacidad técnica de su mediocampo y el poderío ofensivo, le permitieron alzar la Copa del Mundo en Berlín tras vencer a Francia.
Quizá ese fue el logro más importante del arquero nacido el 28 de enero de 1978 en Carrara.
Tras ello, Italia comenzó a sufrir un recambio generacional para el que no estaba listo. Figuras como Fabio Cannavaro, Gianluca Zambrota, Alessandro Nesta, Gennaro Gattuso, Francesco Totti, Mauro Camoranesi, Andrea Pirlo, Alesandro Del Piero y Filippo Inzaghi comenzaron a dejar la Selección y no hubo jugadores capaces de tomar la batuta del tetracampeón del mundo.
Pese a ello, arribaron a la final de la Eurocopa 2012, en la que cayeron ante la poderosa España de Andrés Iniesta y Fernando Torres. Pero Sudáfrica 2010 y Brasil 2014 significaron el anuncio del desastre que vendría: eliminados en la ronda de grupos.
60 años después, la historia se repite
El nombre de Suecia se podría ligar a la tragedia italiana. En 1958, el Mundial se llevaría acabo en el país escandinavo y la Selección de la bota no asistiría tras perder el repechaje ante Irlanda del Norte.
Sesenta años después, Italia quedaría eliminado a manos de Suecia, tras no poder anotar un solo gol en 180 minutos. Más aún, impedirían que Buffon, su figura más vigente, llegara a su sexta copa del Mundo.
“Sabíamos que era un partido difícil y no lo hicimos lo mejor que pudimos. Perdimos la claridad para poder anotar”, declaró “Gigi” a la televisión local en un intento por explicar la eliminación.
Buffon llora y con él una parte del futbol que aún cree en los héroes forjados en la sobriedad del arco, en aquellos que lo vieron levantar la Copa del Mundo en Berlín o derramar lágrimas cuando la Juventus descendió.