A Isis, mi pequeña gatita.
Mi gatita blanca,
gatita de leche,
de café en la cara
y en las patas,
no quiere dormir conmigo.
Otras veces si quiere,
se acurruca
con ojos
de fondo de sol
y ronronea,
como una cafetera.
A veces,
hasta exige caricias,
ve con celos
el libro que tengo
entre manos,
otras las desprecia,
me recibe
con fauces abiertas
y uñas filosas.
Y he llegado a creer que
mi gatita blanca,
gatita de nieve,
de noche en la cara,
y en las patas,
me quiere,
a la vez,
que no lo hace.
#NidoDePoesía: Barco de cristal