Por Lucero Santiago
A comienzos del siglo XV tuvo lugar en Florencia una trasformación de la concepción, modos y la función del arte tan radical como la que se había producido 100 años antes. El Renacimiento, movimiento cultural y filosófico que dio la vuelta al mundo pasado el siglo XVI, tuvo origen tiene a la icónica Italia y dejó como legado nombres que pasarían a la historia: Donatello, Masaccio, Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci, Sandro Botticelli, Rafael y Caravaggio.
Hace unos años este legado sólo podía ser apreciado en Museos, como el Louvre, colecciones privadas, galerías o en lugares como el Vaticano, pero hoy, con el apoyo de los avances tecnológicos, apreciar el arte de otra manera es posible. Ya no es necesario viajar y hacer largas filas para ver a Mona Lisa, tampoco se necesita pasar por revisiones y exigencias para gozar de La Última Cena o la Escuela de Atenas. Y no estamos hablando de hacer un recorrido virtual de las obras sino de algo más cercano: presenciar reproducciones rigurosamente apegadas a los frescos de grandes maestros como Leonardo Da Vinci, Rafael Sanzio y Michelangelo Merisi da Caravaggio.
Después de pasar por 20 locaciones alrededor del mundo, como Nápoles, Roma, Milán y Estados Unidos, Leonardo, Rafael y Caravaggio: una muestra imposible reúne el trabajo de estos artistas y trae a la Ciudad de México, con ayuda de Radiotelevision Italiana (RAI), 57 pinturas que nos harán recordar la época de resplandor del Renacimiento italiano.
Esta magna exposición, cuyo inicio se dio el pasado 16 de enero en el Centro Nacional de las Artes (CENART), está a cargo del historiador Renato Parascandolo, quien comenzó con la idea de digitalizar las pinturas y reproducirlos a escala 1:1 y en alta resolución, de tal manera que el público pueda verlas tal cual encuentran en su estado original.
El recorrido inicia con 29 obras de Caravaggio, frescos que dejan ver los claroscuros de la influencia barroca, su pequeña aparición en El martirio de San Mateo, y los pasajes bíblicos como La incredulidad de Salomé y la famosa decapitación en Judith y Holofernes.
Rafael cuenta con su propia sala donde podemos apreciar 20 cuadros, entre los que figuran: El triunfo de Galatea y La Madonna en el Prado. Su trabajo, por demás fascinante, da un cierre esperado con: La escuela de Atenas.
Para cerrar el recorrido, la sala de Leonardo nos lleva a imaginar que tenemos a la Mona Lisa frente a nosotros. También el afamado cuadro de La última Cena, la cual luce imponente desde lo alto del salón. Recordemos que en las obras de Leonardo se encuentra la llamada “arquitectura de las emociones” que comprende el estudio científico de la naturaleza y la psicología del ser humano. De este modo, la perfección del cuerpo en la obra de arte se convertiría en un símbolo universal que se puede manifestar tanto en la naturalidad y en su espíritu. Esa fue una de las principales características de este artista.
La exposición tendrá lugar hasta el mes de abril de 2015, de lunes a domingo de 9:00 a 19:00 horas. También cuenta con distintas actividades para acercar al público a estos artistas de gran renombre.