¿Algo habría cambiado, Bárbara?

¿Algo habría cambiado, Bárbara?
¿Si yo fuera puntual?
¿Habrías aprendido a quedarte?

Si un cangrejo de arena roja
viviera en las manecillas de tu cuerpo
y así poder echar el tiempo atrás,
como cambiar de hoja en el libro de tu espalda.

Mi tiempo no existe
ni el momento de vernos juntos,
deberás tener el olor de los minutos,
saltarte los inviernos
donde lloramos hasta tarde,
llevar el ruido de los relojes cucú en el pecho,
y tal vez lleguemos a la hora oportuna,
donde un beso sea la esperanza
para poder decir nosotros.