Las voces de mujeres del borde dibujan,
en cada ladrillo, la resonancia,
cambian las cruces rosas por brotes de hierbas;
florecen de cada voz silenciada,
para dar vida al camino entre el asfalto frío,
renacen raíces de mujeres que el cemento entierra.
Caminan mientras soplan el eco del viento,
arrebatando el silencio que se robaron de las flores.
Las mujeres del borde tejen con hilos de sangre,
bordan líneas para unir cada orilla de dolor,
colocan en su cuerpo ecos heredados por los sueños olvidados.
Las mujeres de la utopía re-significan el mundo olvidado,
esclavizado, arrebatado, extraído.
La utopía se mira en cada suspiro emanado por la escritura.