Donald Trump violó leyes internacionales y “echó por la borda años de esfuerzos para alcanzar la paz” con el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel, consideró Moisés Garduño, académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
Abundó que no sólo los palestinos se sintieron lastimados con la decisión, sino también la población musulmana de Medio Oriente.
Cabe recordar que el pasado miércoles, Trump declaró que movería la Embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, con lo cual hacía el reconocimiento oficial de la última ciudad como capital de Israel.
La medida del mandatario estadounidense generó reacciones en contra por parte de la mayoría de los países del orbe.
Mientras en la considerada ciudad sagrada, palestinos salieron a la calle para protestar en contra de la declaración de Trump.
Garduño consideró que la decisión de Trump violá los acuerdos de Gnebra y una serie de resoluciones establecidas por las Naciones Unidas, “entre las que figuran la 446 o 478 del Consejo de Seguridad”, añadió.
Jerusalén, un sitio en disputa
Jesuralén fue considerada como la ciudad más bella del Medio Oriente. Fue en 1947 cuando el territorio británico de Palestina fue sometido a una ocupación que derivó en el establecimiento de dos estados: el árabe y el judío.
Tras ello, una serie de conflictos devinieron en la zona, generando tensiones entre los países cercanos.
Por ello, consideró el académico de la FCPyS, la medida de Trump rompe con el acuerdo de Ginebra que establecía que laciudad debía ser administrada por una entidad internacional hasta que no se llegara a un acuerdo de paz entre Palestina e Israel.
Garduño declaró: “lo que está haciendo es institucionalizar la ocupación de Palestina por parte de Israel. Está dándole el beneplácito, el reconocimiento de un conflicto que en el terreno ha tenido consecuencias para muchas generaciones”.
El especialista en Estudios Árabes e Islámicos Contemporáneos añadió que la decisión de Trump viola el derecho de autodeterminación de los palestinos y se convierte en un “detonante para acciones de inestabildad en una zona de por sí convulsionada por constantes intervenciones extranjeras y autoritarismos locales”.
Para Garduño, la consolidación de la paz está más lejana y sólo incentiva “nuevos sentimientos de odio que llevaría a todo lo contrario: una serie de enfrentamientos en las calles y a un alargamiento del conflicto en beneficio de los sectores de armamento y seguridad”.
La decisión es promesa de campaña
El apoyo que Trump recibió en la campaña por parte del Lobby sionista puede ser una de las situaciones que explican el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel. En el fondo, apuntó, “hace todo lo posible por ser reelecto, lo que nubla el debate sobre la política doméstica norteamericana a propósito de las investigaciones del FBI sobre la posible interferencia rusa en las elecciones”.
Finalmente, Garduño dijo que parecía que Trump está empeñado en crear un “estado de guerra psicológico” para “nublar la serie de fracasos que está cosechando al interior de su gobierno”.