Parábola del temeroso

temeroso
Porque, pues, está claro: si tú no vienes y yo no voy, es porque tú te quedaste y yo no fui, y así no hay modo. Foto: Pixabay.

Porque, pues, está claro:
si tú no vienes y yo no voy,
es porque tú te quedaste y yo no fui,
y así no hay modo. Igual que si tú vienes y yo voy,
pues nos cruzamos, tú para acá y
yo para allá,
y así todo se discontinua. Ora, que si tú no me ves, pues es porque yo no estoy, y si no estoy, obvio,
es porque no me viste, o sea, “Ojos que no ven, corazón que no siente”.
Lo que resulta es
que este poema lo hice no para que lo leas sino para que lo oigas y también visconversa. Dicho de otro modo, así es esta cosa.
Y ya, para que me entiendas…
–sé que nunca sé lo que digo, pero si sé lo que quiero decir–, arrímate y te doy un beso
o me arrimo y tú me lo das, que, después de todo,
es lo más lógico,
¿no?

Martín Santomé 15 octubre 2020


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3 Comments

  1. says: Ava Velázquez

    Qué buena labor la del poeta que no deja de lado lo cotidiano, lo cual, hoy en día, muchos eruditos del lenguaje han dejado de lado por buscar la perpetua memoria de lo artificioso.
    Felicidades al poeta.

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