Confesión

De todos los fuegos que se han iniciado en mí… escribir,
rezar con palabras viejas para que lleguen las originales,
avivar la voz de humo,
despertar el eterno sueño con la lengua amarrada al estómago,
idealizar las vocales,
ganar en insomnio lo que se pierde de razón.

De todas las mentiras… soñarme artista,
la miseria ejecutada con arte,
cuando la vida se me antojó en palabras
esperé todos los días que llegara mi obra maestra,
sostuve la pluma como el niño sostiene el hambre,
fue un accidente que fracturó mi discurso
y encontró alivio en mis manos.

De mis creaciones sólo anhelo el perdón,
por insistir en ellas,
por pensar agua en el desierto,
creerlas criaturas que merecían ser salvadas,
y yo el arca, anhelando señales de tierra
para fundar el nuevo verso.

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