Croacia y los huérfanos de los Balcanes que sueñan con la Copa del Mundo

Al final de la historia, Malik nunca sabrá que su padre fue un preso político.

I

Malik es un niño de ocho años que tiene una sola pasión: el futbol. No sabe nada de política, de comunismo o capitalismo o de la lucha ideológica en la que se encuentra sumido el mundo, que la historia nombrará como Guerra Fría.

Sin saber por qué su padre, Mesa, se ha ausentado de casa, pregunta por él. Su madre le ha dicho que “está en un viaje de negocios”. Para Malik su ausencia es intrascendente y sigue anhelando tener un balón para jugar futbol con sus amigos. Pronto lo días se transforman en semanas y meses. Una noche, Malik y su madre hacen un largo viaje en tren hasta un extraño campo donde vuelve a ver a su padre. El niño se siente feliz, papá está de regreso.

Papa está de Viaje de Negocios fue la primera película de la historia de Yugoslavia en ganar la Palma de Oro, del Festival de Cannes, en 1985. La película aborda la persecución de Josip Broz “Tito” en contra de los críticos del régimen yugoslavo al momento de su ruptura con la Unión Soviética y Stalin.

El filme de Emir Kusturica maravilló a mediados de los ochentas por su sinceridad, humor y belleza. La película, con un guion genial, dejó satisfechos a todos. En Yugoslavia fue vista como un acto contestario y reclamo a un pasado autoritario en un país que, sin saber, vivía sus últimos años de estabilidad. En el exterior, en un mundo negado a ver al mundo socialista como igual, demostró que la vida cotidiana de las personas y familias era igual a Occidente. La gente comía, soñaba y amaba como lo hacen todos los seres humanos.

Al final de la historia, Malik nunca sabrá que su padre fue un preso político. Y en un convivió familiar, al que es convocado para escuchar la final de futbol olímpico entre Yugoslavia y la Unión Soviética, en los juegos Olímpicos de Melbourne, 1956, recibirá de regalo que desea con fervor: un balón de fútbol. No obstante, el regocijo será mayor para Malik y su familia. La selección de futbol de Yugoslavia venció a los soviéticos y se alzó con la medalla de oro. Serbios, croatas, bosnios, macedonios, cristianos y musulmanes se sentirán orgullosos de su patria. Malik no sabe de política, pero tienen emociones. Sabe de pasión. Se siente orgulloso de ser yugoslavo.

II

En la calle Sur 107, de la colonia Aeronáutica Militar, en la Ciudad de México, se encuentra la Secundaria Federal República de Yugoslavia. La descubrí una tarde mientras caminaba en dirección a la calle de Lorenzo Boturini. Encontrar ese monumento al pasado causó en mí muchas emociones.

Los niños que van ahora en esa escuela nacieron entre 2003 y 2006. Y tengo la certeza que al ingresar a la secundaria una de sus primeras preguntas fue: ¿dónde está Yugoslavia?

Gran parte de esos niños desconocen que los países pueden desaparecer. Que Yugoslavia fue un proyecto multiétnico formado por seis países (Serbia, Bosnia, Croacia, Macedonia, Eslovenia y Montenegro), tres religiones y más de diez lenguas. No saben que por 47 años personas con múltiples diferencias vivieron como una sola nación, como hermanos, hasta que en 1992 empezó una guerra que desintegró al país y lego obscenas infamias para la historia de la humanidad.

Sin embargo, sé que muchos niños y niñas de la secundaria República de Yugoslavia saben quién es Luka Modric, estrella del Real Madrid, e incluso, algunos tendrán su jersey al interior de su ropero.

Con seguridad el próximo domingo a las diez de la mañana estarán listos junto a su familia para ver la final de la Copa del Mundo Rusia 2018. Para saber quién es la mejor selección del planeta. La multiétnica Francia o los huérfanos de la guerra de los Balcanes que sueñan con ser campeones del Mundo.

En este punto, me alegra que muchos niños no sepan de política. Que no conozcan el significado del acto de alzar el puño que hacen los jugadores de Croacia durante todo el Mundial.

No obstante, se maravillaran con el juego de Luka Modric e Ivan Perisic en contra de Llores y Giroud. Sentirán esa emoción y vértigo que sentimos los que amamos el futbol. Verán un partido, que para bien o para mal, tiene un lugar reservado en la historia. Verán la belleza del soccer y la competencia en su máxima extensión. La pasión que es el fútbol y que no necesita de la política.

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