Al inicio, los días se desparraman en el interior de la casa,
dan luz a las paredes,
encienden la sonrisa del jardín del patio,
en el interior palpita el sol de marzo.
Los primeros días llegan con tanta luz
que ciegan la monotonía,
van pintando de amarillo las flores de cándox
y de rojo las ramas de framboyán.
Esa luz se pasea por los andadores,
se pone a secar la ropa de nuestro interior
y se vuelve faro para la esperanza.
Más #NidoDePoesía: Jaguar y la luna