Trataré de ser lo más objetivo al hablar de Pokemón Go, la franquicia culpable de mi regreso al mundo de los videojuegos, después de un largo periodo de hibernación.
Me toca hablarles de la aplicación Pokémon Go, un juego que para los puristas (20% del mercado que lo jugó/juega) no es un retrato fiel respecto a los juegos disponibles en el portátil de Nintendo, en especial, cuando hablamos de las batallas con otros usuarios y la propia mecánica de los combates, pues presenta una versión descafeinada del producto con el que disfrutamos valiosos años de nuestra infancia, ya sea por el anime, los videojuegos o ambos.
Con esto entendemos por qué para los verdaderos seguidores de Pokémon, la aplicación desarollarada por Ninantic no sonaba tan atractiva, aunque sí lo fue para el 80 por ciento de los que descargaron este juego, ya que ellos fueron los responsables de que este fenómeno fuera “la nota” alrededor del mundo.
Estos jugadores casuales tuvieron un agradable primer acercamiento; sin embargo, conforme progresaban sus perfiles notaron que algo no estaba bien y empezaban a perder el interés en dedicarle tiempo a seguir atrapando “monstruos” por la calle, situación que significaba invertir tiempo y recursos, como batería de tu dispositivo y dinero (ya sea por los datos móviles o para adquirir pokemonedas).
La falla fue el sistema de progresión. Para estos usuarios, el juego lo sentían lento, sobre todo para evolucionar a un Pokémon, ya que implicaba atrapar varias docenas o en algunos casos cientos de veces el mismo Pokémon y así elevar su nivel, eso sin contar las interminables hordas de Zubat que aparecían frente a ti (cosa que para mí no es problema ya que soy fan de los Pokémon tipo Veneno y Crobat es de mis preferidos).
Estos fueron algunos de los graves errores que tuvieron los desarrolladores, situación por la que muchos usuarios ya no abren Pokémon Go. Desde mi punto de vista, esto debió reducir mucho más el nivel de grindeo (pasar cientos de horas recolectando elementos y recursos) necesario para progresar en el juego y así los jugadores no abandonaran rápidamente esta travesía.
Es decir, atendieron de forma mediocre a ambos sectores, dando un producto de baja calidad para los fans, mientras para los jugadores casuales representaba un proceso aburrido y tedioso. Además de la publicidad engañosa que nos presentaba una realidad aumentada bastante llamativa (que incluso me emocionó cuando vi el enfrentamiento contra Mewto, pero que siendo realistas, sabíamos que era demasiado bueno para ser cierto). Aunado ello estaba el ban masivo que se le dio a jugadores con perfiles en los que invirtieron cientos de horas y sus fallas de seguridad, así como los problemas técnicos que acarreó cada actualización, y así se acumularon problema tras problema, que lo dejó sólo como un buen intento, pero mal ejecutado.
Actualmente tratan de compensar las deficiencias de la aplicación, incluyendo la posibilidad de intercambiar pokémon y acelerando la compatibilidad para que puedas retar a ese rival eterno y demostrar quién es el verdadero maestro pokémon, pero no podemos engañarnos y sabemos que esta experiencia dista mucho de la imagen que nos vendieron.
Para muestra un botón: la popularidad de la aplicación ha bajado drásticamente, pasando de ser el tema número 1 en Google Trends a caer en picada los últimos 60 días. México pasó del lugar 5 al 19 dentro de los países que más hablan sobre el tema.
Como consuelo, a los fans nos queda esperar que salga la nueva versión de Pokémon Sol y Luna, cuya demo jugué, y si bien hay aspectos que no convencen, es necesario decir que las texturas, las animaciones de los ataques, las formas Alola y las sincro-evoluciones, harán más vistoso, interesante y competitivo este fabuloso juego.
Nintendo Switch
En contraste, tuvimos una gran revelación esta semana. Exacto, estoy hablando de Nintendo Switch, producto que podremos tener en tiendas en marzo de 2017, si no lo retrasan, claro está. De primera impresión suena como la salvación de Nintendo, ya que sería la única oferta del mercado que te permite llevarte tu consola de sobremesa como una portátil, y así disfrutar de los juegos que “la Gran N” tiene como exclusivas tanto en una pantalla 4K ultra HD (que personalmente creo que no servirá de mucho) como en la pantalla portátil que integra la consola.
Eso es lo bueno, aunque también hay que decir todo lo que está detrás de esta nueva apuesta:
• Retrocompatibilidad: es decir que los juegos que tienes de otras consolas puedan jugarse, aunque si vemos detalladamente, solamente se inserta un cartucho de 3DS en la consola, por lo que todavía no tenemos certeza de que sea compatible con discos, una gran desventaja por esta parte.
• Ergonómico: sabemos que los mandos de Nintendo son extraños pero esta vez se esforzaron por hacernos dudar si podremos acoplarnos a ellos, que como siempre, todo se soluciona con la versión Pro, pero eso significaría sangrar más nuestras carteras. ¡Gracias Nintendo!
• Durabilidad: en el comercial vemos como si fuera extremadamente fácil el cambiar los modos del nuevo producto de Nintendo, pero ¿su obsolescencia programada será descaradamente corta?
• Periféricos: ahora parece que la Nintendo Switch busca vendernos un control para todo tipo de situación, uno ultra pequeño para llevarlo en la bolsa del pantalón y todos los que ya estaban disponibles para Wii y Wii U.
• El precio: sabemos que Nintendo no se caracteriza por ser barato, todo lo contrario, pero si éste es su ultimo casquillo, ¿se atreverá a poner su precio a la par de la competencia?, siendo que cuenta con el apoyo de muy pocos desarrolladores y que su apuesta no contempla el poder grafico y la realidad virtual?
Todo es cuestión de tiempo e ir esperando las nuevas revelaciones que “La gran N” nos comparta.