Pedro y las Chivas

Pedro y las Chivas
Las Chivas. Foto: Juan Pedro Salazar.

Cuando Pedro no sabía cómo iniciar la conversación conmigo, siempre tiraba de preguntarme cuando jugaban las Chivas. Bueno, el Guadalajara, para él.

Y a partir de ahí, la platica empezaba a fluir. Que si habíamos visto el partido pasado, que si iban a contratar refuerzos para la siguiente temporada, que si el técnico era bueno o no, que si en esta temporada podrían ser campeones, o no.

Y es que Pedro se volvió fan de las Chivas porque jugaban con puros mexicanos. Eran mejores que la selección, me decía cuando le comentaba que México había perdido algún amistoso o en algún torneo internacional.

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Al paso de los años, le tenía que recordar, hasta como cuatro veces, el día, la hora y el canal en que podría ver al Guadalajara.

La verdad, nunca le pregunté sobre la época del Campeonísimo, pero estoy seguro que la vivió y que ahí nació el amor por sus Chivas. Seguro también fue fan de Salvador Reyes, del Tigre Sepúlveda y de Jaime Gómez.

A veces me da por imaginarlo en una de sus primeras casas, sentado, escuchando la radio y emocionándose cada tanto con los gritos de gol, como lo hacía cuando veíamos los partidos a las 12 del día de los domingos.

Nunca se lo dije, pero si me volví un Chivahermano más, en gran parte fue por él.

Con el tiempo, le compramos una playera que solo se puso una vez. ¿La razón? Casi hasta el final de sus días, prefirió vestir sus camisas, chalecos o suéteres, que una playera de futbol.

Todavía recuerdo la emoción de sus ojos cuando le enseñé los videos de mi visita al estadio. Creo que por esos segundos, se sintió ahí, gritando los goles de sus Chivas, ondeando una bandera y tomándose una foto, con su playera, que seguro tendría el número 10 en la espalda y el nombre Pedro Salazar, o su apodo: La Sombra.

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La otra vez, pensando sobre qué iba a escribir, ahora que son cinco meses de su partida, una imagen me hizo sacar lágrimas de a montón y me animó a este texto.

La foto era un telón que la afición usó en un clásico contra el América y en la final que Chivas perdió contra Tigres.

“No solo son 11. Somos millones y en el cielo muchos corazones”.

Cómo duele que no estés abuelo. Seguro en estos días habríamos platicado de la salida del técnico, me habrías preguntado sobre cuándo vuelve Chicharito y si la Hormiga González es bueno.

Pero estoy seguro que allá arriba, Pedro no se pierde un partido de sus Chivas, no importa la hora ni la ciudad, y que a diferencia de nosotros, tiene el mejor asiento del universo: el cielo

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