Poemas que usar como dedicatoria para el 14 de febrero

TecoLista (12/02/2024).- El mes del amor ya está aquí y también la preocupación por buscar el regalo especial para esa persona que te hace sentir tan bien, y si aún no sabes qué dar, aquí te dejamos dedicatorias para el 14 de febrero sacadas de poemas de quienes integraron las cinco generaciones de Nido de Poesía. 

Así que toma nota, papel y lápiz, anótala y acompáñala de un globo, unos chocolates, una rosa o miles de abrazos. 

Dedicatorias para el 14 de febrero. 

1  Gustos culposos

Este fragmento del poema de Joselim Jandeth:

“Me gustas en la medida en que tus ojos me buscan

en tanto tú me envuelve hasta ser verbo”

2 Jugando a los cíclopes

De la autoría de Javier Velázquez Ayala:

“Esta necedad por escribir

me hace confesarte algunos secretos:

¿Sabes?

Nunca cierro los ojos cuando te beso”

3 A las 2 de la mañana

Si aún no le dices lo que sientes, estas dedicatorias para el 14 de febrero de Alessandra Vargas:

“Quiero un amor que

me ame tiernamente

quiero un amor que 

me ame con amabilidad”. 

4 Bésame

Esta parte del poema de Laura Velarde:

• “Bésame
• con chispas de delirio a la deriva y roba
• definitivamente
• el último beso
• para renacer en pétalos
• y desaparecer en heridas que devoren el corazón”

5 Varias lunas después de ti

De nuestro siempre recordado José Méndez:

“Yo no sé de la vida, 

yo no sé de grandes misterios,

pero escucho atento

el sonido de tu sueño profundo”

6 Solo la luz

Fragmento de un poema de Alisson Rivas:

“Con bocas que se contemplan

y manos ciegas

toman su piel y la arrojan a las llamas,

se hunden”

7 Confesiones

Frase del poema de Miriam Mancini:

“Porque los destinos suelen cruzar a los que se reclaman en el camino”

8 El amor absoluto absoluto

De Carmen Pichardo

• “Ahí veremos lo que es en realidad el amor eterno”

9 Es solo para ti

Nuevamente de Alessandra Vargas:

“Cada flor que yo siembre

es para hacerte sonreír”

10 Punto de quiebre

Este fragmento de Alejandro Cuevas:

“Su perfume dejó sobre mi piel.

Mis dedos olían a paraíso.

Vuelto loco, y embriagado,

de aventuras sobre el mar de sábana”.