El 7 de septiembre de Mecano y la nostalgia hecha canción

Era martes. Mamá llegó del tianguis contenta porque había comprado un disco que llevaba semanas buscando. Lo puso en el estéreo que por tantos años nos regaló momentos de distracción. Una canción en particular me llamó la atención por la nostalgia y tristeza que transmitía. El 7 de septiembre de Mecano.

El disco tenía una portada amarilla con los tres integrantes de la famosa banda española.al frente, y de fondo la infaltable frase de “grandes éxitos”, así como una pequeña lista con los nombres de las canciones.

Recuerdo que desde la primera vez que escuché el 7 de septiembre, me dieron ganas de llorar con esa canción de Mecano. Se me hacía triste, como una súplica que se sabía inútil ante la realidad.

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Tiempo después, cuando a mi mamá y a mí nos agarró la obsesión por escribir las letras de las canciones en una libreta vieja, esa fue de las primeras que transcribimos, en una de tantas tardes lluviosas de septiembre.

Pasaron muchos años para que por fin entendiera de qué trataba la canción y por qué la habían escrito. Según la historia, Nacho Cano se la escribió a la pareja con la que había terminó porque, cada año, aún después del final de su relación, se seguían viendo, aunque quizá también lo hizo como una de esas últimas esperanzas a la que uno se aferra, a pesar de que el día a día muestra que la historia ya se terminó.

Las mejores obras nacen del dolor, me dijeron una vez, y el 7 de septiembre de Mecano es una muestra de ello.

Y es que solo la añoranza de un pasado que uno sabe lejano es capaz de llevarnos a crear frases, textos, canciones y cientos de cosas más que juegan a ser eternos, que nos hacen experimentar el dolor y el anhelo del otro.

Ahí viven los recuerdos, los deseos y la añoranza de que un día, en un futuro quizá muy lejano, esa sensación vuelva a estar presente. Nostalgia, al fin.

Y es que, aunque la historia se acabó, siempre persistirá algo vivo de ese amor, de esa amistad, de esas personas que ya no están, y que nos hace tener la esperanza de volver a sentir la ilusión de la eternidad.

Y sí, hoy es 7 de septiembre.