Los ex, una realidad alterna

Es casi seguro que todos aquellos que me leen tienen algo en común conmigo: los ex, esos seres con los que, pasado el tiempo, uno no comprende cómo pudo pasar tanto tiempo con ellos o a los que de plano, uno termina por resignarse a extrañar por el resto de sus días, aunque de antemano sepa que de lejitos es mejor.

El texto surrealista de hoy está dedicado a estos individuos que son la sal y la pimienta de nuestra vida sentimental, porque aunque hay una infinidad de ellos, quizá podemos clasificarlos de acuerdo con sus reacciones post-ruptura, pero también en función de algunas obras literarias famosas que seguramente nos han marcado tanto como ellos.

Así que, en un ejercicio de catarsis literaria, recordaremos a cada uno de los ex que nos han dejado con el corazón hecho cachitos, bolita, apachurrado o, de plano, raspado y ensangrentado.

Por supuesto, si ustedes saben de alguna sub-especie que se me haya olvidado, no duden en mencionarlo.

El Pedro Páramo

“Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?”

Simplemente desaparece, es como un mito y tanto él como lo que rodeaba la relación parece cobrar un carácter difuso, etéreo y hasta fantasmagórico. En ocasiones, incluso te hace dudar de que esa relación haya sido verdad, pues desaparece (o deja de postear) de sus redes sociales y si tienes el mal tino de llamarles, o mensajearlos, simplemente no contestan.

Grado de daño: Medio a severo, ya que no tienes ni idea de qué sucedió y te puedes atormentar infinitamente pensando en ello.

El extranjero

“Quizás no estaba seguro de lo que me interesaba realmente, pero, en todo caso, estaba completamente seguro de lo que no me interesaba”

No tiene piedad al terminar, simplemente te dice por qué ya no quiere seguir contigo y en días posteriores lo puedes ver normal, quitado de la pena, como si nada hubiera sucedido. Sigue su vida sin alteraciones, ni más ni menos.

Grado de daño: De severo a bajo, pues aunque quizá sea uno de los que más dolor causa en el momento de la ruptura, con el tiempo es el tipo de relación de la que más aprendes, ya que sabes en qué fallaste para no repetir la historia.

El libro vacío

¿Para qué voy a emprender una batalla que quiero ganar, si de antemano sé que no emprendiéndola es como la gano?

Se le pasa sufriendo y lamentándose por todos los medios, usa las redes sociales como su diario de quejas y espera que sus amigos le hagan comentarios de solidaridad, todo con la finalidad de hacer sentir culpable al otro.

Grado de daño: Medio a bajo, únicamente cuando la otra persona es consciente de cómo sucedieron las cosas y de que, generalmente, la culpa es un 50/50.

El Pascual Duarte

“Yo señor no soy malo aunque no me faltarían motivos para serlo”

Cree que a pesar de todo, él no tiene la culpa; peor aún, responsabiliza a los demás de sus actos. Cuando se ve acorralado y ante la inminente realidad, se justifica ante los demás, mostrándose como la víctima.

Grado de daño: Medio a bajo, mismas razones que en el caso anterior.

El travesuras de la niña mala

“No me preguntes por qué, porque ni muerta te lo voy a decir. Nunca te voy a decir que te quiero aunque te quiera”

No importa cuánto se ofendan, cuánto daño se hagan, cuánto se juren no volverse a ver, siempre regresa, por supuesto, asegurando que “esta será la última vez”, lo peor es que en la mayoría de los casos, para repetir la misma historia.

Grado de daño: Severo, pues no te deja continuar con tu vida y generalmente echa a perder posibles relaciones, aunque claro, eso siempre y cuando tú lo permitas.

El Casi el paraíso

“Las debilidades son lo único bueno que tenemos. Es aburrido ser fuerte, y muy agradable flaquear a solas… y entre dos” 

Al final descubres que todo fue falso, y conforme pasa tiempo de la separación, te das cuenta de un sinfín de mentiras que dijo a lo largo de la relación.

Grado de daño: Medio, mientras no pierdas tiempo investigando más de la cuenta.

El Aura

“¿No te basta mi cariño? Yo sé que me amas; lo siento. No te pido conformidad, porque ello sería ofenderte. Te pido, tan sólo, que veas en ese gran amor que dices tenerme algo suficiente, algo que pueda llenarnos a los dos”

Contigo era como la tía Consuelo, su relación se basaba en discusiones, disgustos y negativas, pero con los demás se muestra tan amable, sonriente y jovial como Aura, tanto así que no puedes creer que se trate de la misma persona. Lo puedes ver publicando post y fotos donde claramente da a entender que después de ti es más feliz y mejor persona, y que por cierto, hace todo lo que contigo “nunca podía”.

Grado de daño: Medio, pues aunque provoca un grado elevado de frustración, si sabes sobrellevar el asunto, pronto te darás cuenta de que tú también puedes seguir sin esa persona.


Después de reír un poco de nosotros mismos y de nuestros sentimientos más bajos, así como de tomar con humor situaciones de pérdida, esperamos que te sientas, si no mejor, al menos tranquilo de saber que todos, hombres y mujeres, hemos pasado por esa misma realidad alterna, universo paralelo, triángulo de las bermudas, túnel sin salida, conocido como los ex, ¿y lo mejor? Todos hemos sobrevivido.

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