Al fin vi Game of Thrones y tengo algo que decir

Game of Thrones
Foto: Game of Thrones/Facebook.

Aclaro que no soy fanática ni conozco todas las teorías de finales alternativos ni me he echado los libros, sólo vi la serie lenta, muy lentamente, gracias a las bondades de haberme pegado a una familia en HBO. Sin embargo, quiero decir algo general, con spoilers, sobre algunos aspectos de esta serie que ha sido considerada como una de las mejores en la última década (y eso que la vara anda bien alta en ese terreno).

1. El linaje y la importancia del apellido

Toda la serie se basa en la búsqueda de un verdadero heredero al trono, uno que sea legítimo, hijo de los reyes que eran reyes. Nos ubicamos en un mundo en el que el matrimonio y la familia son pilares de la sociedad, pero no dejamos de lado los “amores libres” que muchos ejercen y que provocan la existencia de bastardos que vaya que terminan siendo incómodos para este asunto de los linajes y los verdaderos herederos. En aras del verdadero rey se luchan guerras a muerte, se compran ejércitos, se hacen las alianzas necesarias, se mata y se pisotea. Esta estructura social, con la merecida distancia, sigue siendo fundamento, aunque no de manera tan cruenta, de la constitución base de nuestra sociedad. 

2. Los seres fantásticos

Los seres que crearon al ejército de los muertos lo hicieron para protegerse del avance bestial de los humanos, ¿algo nos debe resonar esto no? Pero claro, les salió el tiro por la culata porque la protección no fue eterna y se convirtió en una plaga incontrolable. Es extraordinario cómo funcionan bajo el principio del zombie, pero mejorado. No tienen que morder a nadie ni infectar ni contagiar, sólo tienen que matar. Y el líder de los muertos tendrá el poder de hacerlos muertos vivientes a su merced. Como buenas criaturas amenazantes deben tener su punto débil y en su capitán, como reside el poder, también está la perdición. Qué joya cuando Arya consigue clavarle una daga de vidriagón. Y los dragones, qué otra cosa sino que son los seres más espectaculares que se les pudo haber ocurrido meter en ese mundo, y es glorioso cómo renacen de las piedras, viven bajo el cuidado de la verdadera madre de los dragones, Daenerys, sólo ella. Otra joya fue que al morirse el trono es derretido por su fuego. Si el trono no es de ella, no será de nadie. 


Te invitamos a leer: El invierno llegó


3. La traición

Como todo está basado en la familia, existe una tendencia de a “protegerla” y cuidarla. Pero esto es en realidad algo que se mueve a conveniencia. Jon Snow pasa siete temporadas como el bastardo y cuando se entera de que es el verdadero heredero de los Targaryen se confunde muchísimo y decide que la familia a la que debe ser leal es a la Stark. Decidió traicionar la confianza de Daenerys y su deseo por llegar al trono, para decir una verdad que a nadie beneficiaba. Si no quieres el trono, querido Jon, guarda silencio y no pongas a tus “hermanas” en contra de tu reina, ¿por qué eres así? A mi forma de ver, Jon siempre tuvo en sus venas la traición, el jugar para bandos enemigos a su conveniencia y fue lo suficientemente inteligente como para ganarse a muchos para su lado. Pero no todo es malo en Jon Snow: una de las mejores cosas que propuso fue una pelea cara a cara con Ramsey Bolton, para evitar la muerte de los ejércitos de ambos. No era un completo cretino. 

4. El poder siempre será el poder

Una de las más malvadas entre las malvadas sin duda es Cercei Lannister (y aquí también hay competencia, pero no ahondaré en eso), ella nunca se tentó el corazón para nada, y todas sus acciones tenían la firma convicción de beneficiarse a sí misma y al de nuevo recurrente y persistente linaje familiar (al extremo, al engendrar hijos de su propio hermano). La maldad de Cersei la convierte en la gran tirana de la serie. Pero ¿qué hay de Daenerys? Cuando decide quemar la ciudad ella se impone como una nueva tirana. Es verdad que antes liberó esclavos e hizo justicia a partir de sus propias maneras de entender el mundo, en aras de crear una sociedad mejorada y diferente, pero sus acciones apelaron al viejo adagio que dice que el fin justifica los medios. Cuando supo que Jon había traicionado su confianza, se dio cuenta de que no podía actuar de otra forma sino a través del miedo y sólo el miedo como su arma podría instituirse como la nueva reina, sin importar que fuese también, la nueva tirana.

Game of Thrones
Foto: Game of Thrones/Facebook.

5. ¿Se rompe la rueda?

Danaerys insiste en que su reinado hará que la rueda se rompa, pero fracasa. El enojo, la rabia y la injusticia la llevan a ser solamente como todos los demás reyes ávidos de poder y dispuestos a todo para conseguirlo. Danaerys comete, además, el terrible error de enamorarse y esa es su verdadera perdición, no quemar una ciudad entera. La rueda realmente se rompe cuando Tyrion Lannister propone un rey que no es el que se espera, un rey que no puede dejar un linaje, con el objetivo de que los herederos no existan más, sino que sean elegidos por las personas: el fin de los reyes y el comienzo de una suerte de democracia. Danaerys es parte de la rueda misma, pero parece que jamás se da cuenta. 

En conclusión, es una serie extraordinaria. Sí hay mucha charla en muchos capítulos, y es de tener paciencia, pero toda esa verborrea tiene sentido eventualmente. También es de importancia señalar que los personajes —los que logran permanecer vivos sobre todo— tienen una evolución constante y esto hace que se vuelven interesantísimos, llenos de matices, con una conciencia cada vez mejor forjada, nos guste o no hacia dónde se inclinen. Me gusta que es una serie que muestra las caras humanas y terribles de los personajes en diferentes partes de sus intervenciones. Sé que a muchos el final les pareció lo peor, no era el que yo hubiera querido tampoco, pero me pareció congruente: Bran lo supo todo, siempre, todo el tiempo. 

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *