Cada martes, en una calle cercana a la secundaria, se ponía un tianguis que terminaba por juntar a muchos de los alumnos de la escuela. Entre todas las amenidades, la que siempre llamaba la atención era la de los discos, porque los vendedores tenían a bien poner la música a todo volumen. Y creo que fue ahí donde por primera vez escuché Gasolina.
Era 2024 y aún no había mayores preocupaciones que sacar buenas calificaciones, divertirse y sufrir, un poquito, por aquellos primeros amores.
Por septiembre, varias compañeras organizaron una tabla rítmica para presentarla en el desfile del 20 de noviembre y la canción que escogieron fue La Gasolina, uno de los primeros éxitos de Daddy Yankee.
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Recuerdo que pasaron varias semanas en arduos ensayos, practicando cada uno de sus movimientos y sincronizándose al ritmo de la música.
En una de las hora libres, que por final de bimestre abundaban, se pusieron a ensayar en uno de los patios de la escuela, y ahí, entre broma y broma, Leo y yo nos sumamos a esa tabla rítmica.
Fue divertido y difícil coordinar los movimientos con el ritmo de la música, creo que esa experiencia fue la primera que me hizo animarme a tratar de aprender a bailar.
Erandy, era la compañera que encabezaba esa misión y que muy amablemente nos intentó enseñar y también, con justa razón, se rió de nuestra dificultad para coordinarnos.
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Días después, ellas presentaron esa tabla, mientras nosotros tuvimos que hacer pirámides, soportando el peso de los otros compañeros.
Hay veces que uno liga las canciones con momentos muy particulares de la vida, y justo la Gasolina me transporta a la secundaria y a esa época que a veces extraño por ser bastante tranquila y divertida.
Ayer, por unos momentos, mi mente viajó a esos días, justo cuando Daddy Yankee cerraba su última presentación en la Ciudad de México.
Y quizá las miles de personas que estaban ahí, también, por un momento, se transportaron a aquella vez que escucharon esa canción por primera vez, a cuando la bailaron o a la ocasión en que las hizo sentirse en dominio de mundo al ritmo de Gasolina.