El más reciente libro de cuentos de Itzel Guevara del Ángel tiene uno en especial extraordinario (que le da título al libro): Domingo de summertime. Es uno de los más estremecedores del libro, en él abundan el vacío, la nulificación, la tristeza. Cuenta la historia de una chica universitaria que se suicida en el campus un domingo. Hay por supuesto un guiño hacia la gran Janis Joplin y su canción melancólica que a la protagonista le parece más que una canción, una promesa, un motor para iniciar la acción, la última de su vida.
Escribe Itzel Guevara en este cuento: “Los domingos despierto con una sensación de desamparo que yo misma no puedo explicar. Conforme el día avanza voy sintiendo una angustia creciente, como si el mundo estuviera irremediablemente perdido, como si cada cosa, cada objeto, proyectara esta tristeza”.
Janis Joplin murió el 4 de octubre de 1970, en domingo. A partir de este dato me puse a investigar un poco sobre los suicidios de artistas. El ensayo/novela sobre la depresión titulado Esa visible oscuridad que magistralmente escribió William Styron menciona en algún momento una pequeña lista de pintores, escritores, artistas en general, que se han suicidado. Varios de esa lista (más otros que yo recordaba) se suicidaron en domingo, por ejemplo: José Asunción Silva, Yasunari Kawabata, Cesare Pavese, Ernest Hemingway, Mariana Tsvetáyeva, Ian Curtis, Stefan Zweig.
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Resulta que sí hay algunos estudios que demuestran una tendencia al suicidio en domingo. Este séptimo día de la semana para la cultura occidental en general está destinado al descanso, en la Biblia fue explícitamente creado para descansar, pero parece que fuera más bien el día no oficial para deprimirse. Los domingos suelen ser la excusa para verse con la familia y para hacer paseos en pareja, pero para muchos solteros, en nuestro siglo, los domingos son la peor pesadilla porque parece que tienen que estar a solas con sus propios demonios. Algo de cierto hay en esto. De lunes a viernes solemos estar adaptados a una rutina o un horario, y justo el domingo se caracteriza por tener esa falta de orden o de tareas por cumplir. Si me preguntan a mí, yo me deprimía en sábado, porque mi vida se acomodó (al menos antes de la pandemia) a estar llena de actividades en domingo, no así en sábado y era éste el día que dedicaba a llorar y a no quererme levantar de la cama.
El hecho es que, por regla general, la desesperación por falta de rutinas suele suceder en domingo, incluso hay quienes le han dado un nombre: “síndrome del domingo”, le llaman, y parece obedecer a que la vida que llevamos en la actualidad es tan frenética y tan llena de hábitos que al salir de esta cuadratura rutinaria, con apenas un poco de libertad no sabemos qué hacer con ella.
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Ahora bien, otro dato interesante que hallé en la búsqueda de suicidas de domingo, fue que muchos otros estudios afirmaban que no era el domingo el protagonista, sino el miércoles. Esto porque quizá es en miércoles cuando mucha gente alcanza los picos de estrés más altos de la semana y parece una excelente idea suicidarse en ese momento. Otros argumentos se van por el lado de que en este día muchas personas mantienen alta expectativa de cumplir una serie de actividades, pero les genera angustia saber que no podrán concluirlas antes del fin de semana.
Hice algunas pesquisas para sacar una lista de suicidas de miércoles, pero no resultó tan significativa. En ella están Mark Rothko, Marco Fonz y Jack London. Por otro lado, hallé que mis escritores suicidas favoritos no se pueden contar en ninguno de los estudios ni estadísticas antes mencionados, ya que decidieron quitarse la vida en lunes: Xavier Villaurrutia (que además lo hizo en Navidad), Sylvia Plath (que, muy preocupada por sus hijos, les dejó el desayuno listo en la cocina) y Alejandra Pizarnik (que dejó escrito en su pizarrón: “no quiero ir nada más que hasta el fondo”). Otros suicidas de lunes: Diane Arbus, Paul Celan, Robin Williams.
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Me resultó interesante la investigación. Pienso que son detalles que nos dicen un poco sobre la personalidad de los involucrados, aunque de ninguna manera podríamos saber si lo hicieron con la convicción de haber elegido un día en especial para quitarse la vida. Me quedo pensando en el suicidio y encuentro que es un tema que me atrae y al que vuelvo constantemente. Tal vez porque una de las declaraciones más impactantes que he hallado en un libro fue la frase con que abre El mito de Sísifo: “No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio.” También pienso, a veces, en las formas, pero creo que ese es asunto de otro momento.